El futuro del Hospital Universitario de Cabueñes tendrá que esperar. La cronología inicial marcada por el Principado para la ansiada ampliación del centro, que marcaba el inicio de la primera fase en el segundo semestre de este año, ha sido golpeada por la crisis desatada por la pandemia del coronavirus, por lo que el proyecto, que hace apenas unos meses figuraba como prioritario, ha quedado relegado a un segundo plano. El plan de reforma en el centro de referencia del área sanitaria V de Gijón cuenta con 4,2 millones de euros del presupuesto regional de 2020 y la idea era que a partir de julio comenzase a construirse un edificio anexo de 50.000 metros cuadrados. Pero el parón administrativo ha hecho que, a fecha de ayer, Salud ni siquiera sepa si va a poder contar con esa primera partida. "Aunque se pudiese, en plena fase de desescalada y el riesgo de un repunte de casos en otoño lo ha puesto todo del revés. Lo normal será esperar al año que viene", apuntan desde el Sindicato Médico.
Fuentes cercanas al servicio de Salud reconocen que el futuro de Cabueñes ya no está tan claro. La Consejería de Salud sigue a la espera de que se les comunique cómo se va a reorganizar presupuesto regional, en coordinación con el Gobierno central, para impulsar la desescalada en Asturias. "Todas las obras sanitarias previstas en los presupuestos se irán retrasando porque ni siquiera se pueden hacer avances a nivel administrativo. El virus nos obliga a reorganizar los esfuerzos y a pagar gastos no previstos", razonan.
Para el personal del hospital gijonés, aplazar el proyecto es "una necesidad forzosa". Varios cargos intermedios del complejo explican que en esta fase de desescalada Cabueñes jugará un "papel esencial" y que su evolución es "imprevisible". Si finalmente se abriese el hospital de campaña en el recinto ferial Luis Adaro, por ejemplo, su gestión dependería en gran parte de la gerencia del área V, y hasta nuevo aviso el hospital tiene que mantener circuitos separados -llamadas zonas "sucias" y "limpias"- para evitar contagios cruzados. "Fue un trabajazo y todo el hospital se volcó de pleno, pero la evolución de la pandemia en los próximos meses es una incógnita. Nadie quiere empezar a construir y que un nuevo repunte de casos nos obligue a parar", concretan. También se espera que otras obras previstas en la ciudad, como el consultorio periférico de Nuevo Roces y el de Vega-La Camocha, tengan que posponerse al menos varios meses.
Las voces más pesimistas dan por perdidas las previsiones de mejora en toda la red sanitaria regional hasta "avanzado el 2021". Las más esperanzadoras, se dan de margen hasta octubre. "Si para entonces la sanidad sigue en forma, podremos empezar a pensar en otras cosas. Pero antes se tendrán que reforzar los servicios para paliar las listas de espera, que van a dispararse, y reorganizar una atención asistencial que hasta ahora tuvo que centrarse en el covid. Nadie está pensando ahora mismo en la ampliación; es utópico", explican fuentes conocedoras del centro. Niegan, sin embargo, cualquier sensación de abandono y recuerdan que las dificultades técnicas y administrativas propias de un proyecto de este tamaño ya obligaron a aplazarlo varias veces. El último incidente había sido un problema burocrático en la cesión de fincas al Principado que se logró solventar a finales del año pasado. "Esto va a ser una pausa más, como otras que ya tuvimos, y lo importante es que cuando por fin empecemos estemos centrados. Ni siquiera podemos descartar aprovechar todo lo que nos está enseñando el covid-19 para hacer alguna modificación al plan original. Ningún responsable sanitario va a meter prisa. Toca esperar; no presionaremos al Sespa", prometen.
