El servicio de atención a domicilio dejó de prestarse o se redujo a 624 usuarios debido a la crisis del coronavirus. De ellos, 200 solicitaron la baja voluntariamente, bien por contar con algún familiar que pudiera atenderlos, bien para reducir el contacto con el exterior minimizando así el riesgo de contagio. De la situación de todos ellos ha habido un seguimiento telefónico por parte de los servicios sociales municipales.
Los servicios se suspendieron a partir de mediados de marzo y desde el 13 de abril se fueron reanudando en varias fases. En la actualidad se ha vuelto a prestar el servicio de ayuda a domicilio en las mismas condiciones que antes a 471 de los beneficiarios afectados. Otra parte prefirió renunciar al retorno de esta ayuda pública.
La información fue facilitada por la concejala de Bienestar Social a los grupos municipales de Podemos-Equo y Ciudadanos, en una respuesta conjunta a las preguntas formuladas por ambos respecto a este servicio, considerado esencial por el gobierno central.
El servicio tuvo que reorganizarse a raíz de la cuarentena que tuvieron que pasar varias trabajadoras y a la carencia inicial de equipos de protección individual. El servicio lo presta la empresa Aralia.