Ha habido otros encierros con huelga de hambre como fórmula reivindicativa, pero este es el primero que se hace con distanciamiento. Se trata de la protesta iniciada el pasado miércoles por cuatro trabajadores de la terminal de minerales de El Musel, Ebhisa, para intentar evitar que la empresa prescinda el próximo año de siete eventuales que los sindicatos aseguran que estaba pactada su conversión en empleos indefinidos. En pleno inicio de la desescalada en Asturias por la pandemia del coronavirus, mientras la mayoría han comenzado a frecuentar la calle, estos cuatro trabajadores han optado por confinarse y no probar bocado. Ellos son Adrián Serrano Tomé, Eduardo López Rodríguez, Adrián Rey Menéndez y Fernando González Rodríguez.

Se trata de dos trabajadores indefinidos y dos de los eventuales afectados. La idea partió de dos de ellos. Para completar la cuadrilla que está poniendo en juego su salud por el trabajo, se tuvo en cuenta que ninguno de los cuatro tuviera cargas familiares, que fueran deportistas y con buen estado de salud, mentalmente fuertes y que se llevaran bien entre sí.

El encierro lo realizan en el local del comité de empresa de Ebhisa, que han dividido en cuatro zonas mediante la colocación de una cinta en el suelo, para mantener los dos metros de separación, que es la mejor garantía contra el coronavirus. Además, llevan mascarillas y cuentan con geles hidroalcoholicos. El local lo ventilan, también como medida de protección. Los más próximos a la puerta tienen que salir al pasillo y alejarse cuando algún compañero del fondo necesita ir al baño.

Estos días no han dejado de atender llamadas y mensajes telefónicos, entre otros de sus compañeros de trabajo que pasean cada tarde cerca de El Arbeyal en señal de apoyo y también se les dan ánimos, concentrándose frente al edificio.

Para pasar el tiempo han llevado libros y también tienen momentos para jugar al monopoly, a la jenga u al ricks. ¿Cómo lo hacen?. Colocan el juego en la cruz que separa cada uno de sus cubículos y al tratarse de juegos por turnos, sólo se acerca al mismo al que le toca cada vez.

Fernando González apunta que cuentan con el apoyo de todos los compañeros y del comité de empresa, pero que es una iniciativa que tomaron sin avisarles previamente.

Quieren forzar la intervención del Principado en el conflicto de la terminal, cuyo accionista mayoritario es la Autoridad Portuaria de Gijón y que acaba de presentar un ERTE de 20 meses sin el acuerdo del comité de empresa. Plantean que el Principado medie entre las partes tanto por el ERTE como, especialmente, por la conservación de los 7 empleos en juego, para lo que la empresa tendría que solicitar al Estado su transformación en indefinidos conforme a la tasa de reposición en el empleo público. Los encerrados recibirán cada semana la visita de un médico para comprobar su estado "si la empresa no lo impide".