Ajenos a los sesudos debates políticos sobre cuál es el mejor lugar para ubicar la estación intermodal de Gijón, los cinco perros de raza border collie que tiene a su cargo Enol López persiguen un frisbi de goma en el "solarón", una de las zonas más populares para los dueños de canes. López, que no es el dueño de los perros sino solo su paseante -es uno de los pocos que se dedican profesionalmente a ello en Gijón- es un habitual del gran espacio verde de la ciudad. Y a él, el debate de la estación intermodal sí que le pilla de cerca. De hecho, le hace recelar porque teme que el "solarón", donde está previsto en un futuro lejano la construcción de cientos de viviendas, pueda llegar a desaparecer. "Es el cuento de siempre. Hagan lo que hagan, que no afecte al 'solarón'", afirma.
En octubre del año pasado se dio luz verde a la aprobación inicial del proyecto de urbanización del "solarón". Promovido por Gijón al Norte, lo que ese plan pretende es aprovechar la zona urbanizada de manera provisional para generar calles, itinerarios ciclistas, aparcamientos, aceras, paseos y espacios de juego. Todo ello alrededor de las futuras 400 viviendas que, en teoría, deberían de edificarse algún día en ese lugar.
Reabrir el debate del cambio de la estación intermodal de nuevo a Moreda tras acordarse el año pasado que se soterraría junto al Museo del Ferrocarril, provoca incertidumbre entre los no pocos defensores con los que cuenta el "solarón" ante el temor de que ello pueda acelerar la urbanización del lugar. Muchos, como Enol López, abogan por preservar el lugar como lo que ahora es. O sea, una zona de esparcimiento para perros. Cabe recordar que Gijón tiene censados más canes que niños, bebes y adolescentes. Y que cuenta con una concejalía destinada únicamente a los animales de compañía, la de Salud Animal, que encabeza Carmen Saras.
Los usuarios del "solarón" consultados esperan que la construcción de la intermodal no afecte al parque ni acelere el citado proyecto de urbanización. "Prefiero que la hagan en Moreda, cuanto más lejos de aquí la hagan mucho mejor", afirma Belén Gavida, que vive al pie del "solarón" y lo más llamativo de todo, del Museo del Ferrocarril. "Lo que más me preocupa de todo son las obras. Pero este es el cuento de nunca acabar. No creo que ni que la llegue a ver construida", ironiza.
"Que lo dejen como está", apunta Juan Tavira, que pasa todos los días por el lugar con su perrita "Mimi". "Aquí hay mucho dinero de por medio, así que la lógica no es lo que impera. Por mí, lo mejor era cuando la estación estaba en El Humedal", manifiesta.
Nacho Ortega pasea a "Arus", un imponente pastor alemán. "Es necesario un espacio así para los perros", afirma. De la misma opinión es Alejandra Prendes, que pide incluso más. "Deberían poner un quiosco. Para la gente que vive alejada de la playa no hay muchas más opciones, salvo Los Pericones, para soltar al perro", apunta la mujer, que, como el resto de los habituales del "solarón", cierra filas en torno al lugar.
