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La Figura De La Semana | DALIA ALONSO SECADES | GANADORA DEL PREMIO "JOVELLANOS" AL MEJOR POEMA DEL MUNDO

Una horaciana con voz de soprano

A sus 23 años, esta poeta y graduada en Filología Clásica, además de enamorada de la zarzuela y la ópera, prepara exigente su primer libro

Una horaciana con voz de soprano

Los libros son como esos horizontes sin fin que ensanchan la mirada del viajero. Leemos para ver más y mejor. Suetonio dejó en su "Vidas de los doce césares" unas paginas en las que habla de la muerte de Augusto en brazos de su amada Lidia. Una de las parejas más famosas del mundo romano. No tuvieron hijos, pero soldaron un largo matrimonio contra el que nada pudieron los puñales de la política y los venenos del poder. Esas líneas inspiran "Arrugas", doce versos escanciados en tres estrofas que empiezan con el adverbio "ahora". Un canto al amor que sale indemne de la extinción biológica y de las devoraciones del tiempo: "Y tu cuerpo que ya es más tacto mío / que cuerpo". El final de este texto con el que su autora, Dalia Alonso Secades, logró el pasado 21 de marzo el premio "Jovellanos" al mejor poema del mundo.

Nacida en Gijón en 1996, Dalia Alonso es una de las últimas representantes de una cantera que parece inagotable: la de la joven poesía asturiana de los últimos años. Una galaxia con luz propia en el panorama cultural de este lado del Payares. Y ahí se alinea. Si le preguntan, da pronto los nombres de Pablo Núñez, Candela de las Heras, Mario Vega, Lorenzo Roal, Elisa Sestayo... Y cuenta sus incursiones por la tertulia Oliver, esa fragua sostenida por José Luis García Martín en la que vienen forjándose sucesivas hornadas de poetas.

Dalia Alonso, que estudió Filología Clásica en Oviedo y planea hacer el doctorado sobre el léxico de la espera en la tragedia griega, se crio en el barrio de La Calzada y es un fruto de la escuela pública de la democracia española. Hija única de Ana -ama de casa- y de Javier -peluquero que falleció el último enero-, estudió primero en el Colegio Príncipe de Asturias y después en el IES Padre Feijoo. Tuvo siempre buenas notas. Deslumbrada por el mundo grecorromano, cursó el bachillerato de Humanidades y fue adolescente que leía a Flaubert o a las Brontë. Mantiene aún amistad con dos profesoras a las que sigue pidiendo consejo: Emma Alonso Cosío y Yolanda Piedra.

Una poeta arrebatada por clásicos como Horacio, del que elogia su precisión verbal y la amplitud semántica de sus metros, que se aficionó también muy pronto a la música. La zarzuela y la ópera están entre sus intereses vitales. Y de tal manera, que entró muy joven en el Coro Capilla Polifónica Ciudad de Oviedo. Y ahí está, en la cuerda de sopranos. Una de sus pasiones: poder cantar libretos del llamado "género chico" en la temporada del teatro Campoamor.

Poesía y música, música y poesía. Hay quien dice que son casi lo mismo. Dalia Alonso empezó a entender la magia de algunos versos y la necesidad de la poesía cuando descubrió a la Generación del 27: Cernuda, Lorca, un poco de Alberti. Clásicos y modernos a la vez. Y a Miguel Hernández. También a las hispanoamericanas Alfonsina Storni o Delmira Agustini. Le gusta además Gil de Biedma y ya, entre las promociones posteriores, Almudena Guzmán o Aurora Luque. Con esta última tiene en común ese ancho caudal que viene de los clásicos griegos y latinos. ¿No seguimos compartiendo las dichas y penas de Safo, Virgilio, Ovidio, Horacio, Catulo o Propercio? Sin duda. Son los materiales de "Arrugas", ese poema que ha dado relieve en este pandémico 2020 a esta gijonesa de 23 años.

Uno de los descubridores de los talentos de Dalia Alonso ha sido el también poeta y profesor Nacho González. Generoso siempre, abrió en 2017 su colección "Heracles y nosotros" a los versos de la joven poeta. Es lo que ésta ha publicado hasta la fecha: la "plaquette" "Safo y Alfonsina en el acantilado". Un título que da pistas. Un año después de esos versos, fue incluida en la antología "Voces nuevas", del sello Torremozas, y en la publicación que sigue a las lecturas poéticas de Valdediós, ese milagro del verano lírico del Principado. Hay también por ahí algún cuento y la intención de reunir sus poemas en un primer libro. El premio "Jovellanos" es acicate y respaldo a la vez.

Quienes conocen a su ganadora la retratan como persona minuciosa, trabajadora que se toma el tiempo necesario porque le gusta hacer las cosas bien. No es de extrañar que ella misma se describa como "muy horaciana". El "formalizador" de dos de los grandes temas de la literatura universal, el "carpe diem" y el "beatus ille", militaba en la perfección. Un maestro, sin más. En su "Epístola a los Pisones", que la poeta gijonesa conoce seguro al dedillo, Horacio aconseja guardar los textos al menos nueve años antes de emprender las preceptivas correcciones. Tampoco hace falta exagerar. Pero todo esto es algo que ya sabe muy bien Dalia Alonso.

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