"Es una decisión política que prima la solución más barata". Así resumió ayer Teresa Mallada, portavoz del PP en la Junta General, la que ella cree que es el motivo real en el debate de la estación intermodal en Moreda. A las críticas de la popular, se sumaron también las del portavoz municipal Alberto López-Asenjo, muy duro con el equipo de gobierno por considerar que realiza un "uso frívolo de los técnicos" para romper una negociación que su formación ya había dado por superada cuando el Gobierno de Mariano Rajoy y la por entonces alcaldesa forista Carmen Moriyón, junto con el Principado, acordaron que la estación se instalase junto al Museo del Ferrocarril. "La Alcaldesa ha perdido el norte, no hay otra explicación. ¿Cómo puede pedir un consenso tras dinamitar el acuerdo que ya lo había logrado?", recriminó el portavoz municipal.

Para Asenjo, los nuevos informes que, tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA, señalan ahora a Moreda como destino preferente por un ahorro en costes y tiempos, son "artimañas": "Ahora veo que yo tuve la suerte de hablar con socialistas más sensatos como Javier Fernández. Hay que respetar lo pactado, no sacar informes seudotécnicos a demanda de la noche a la mañana para acabar con todo".

Su partido, que hasta ahora no había fijado una posición clara, ya había visto con malos ojos cómo los nuevos informes amenazaban con "echar por tierra" un proyecto, el del Museo, en el que sigue creyendo. Pero, para Asenjo, "el colmo" ha sido leer en prensa que el presidente Adrián Barbón apoye la estación de Moreda alegando "una cuestión de dinero". "No estaría en contra si realmente me creyese esos informes, pero Adif parece que solo se pronuncia para perjudicar a Gijón. El debate es simple: se había logrado un consenso para la estación en el Museo y ahora lo quieren romper por un supuesto ahorro de 60 millones", criticó. Y prosiguió: "Que me den por escrito qué es lo que se les exige desde el Banco Europeo de Inversiones y si solo con esos seudoinformes van a conseguir los 300 o 500 millones de inversión que necesitan. Su propio partido había apoyado la otra opción. ¿Vale la pena romper ese acuerdo que tanto esfuerzo costó para mover la estación 300 metros? Los gijoneses están hartos".

"Es evidente que la ubicación que cumple el objetivo de centralidad necesario para que la estación sea útil es la acordada en la pasada legislatura por unanimidad de todos los partidos con representación en el Ayuntamiento de Gijón. Fue respaldada por la plataforma del Plan de Vías de Gijón y el Consejo Económico y Social de Gijón", indicó Mallada, que lamentó que se prime el ahorro: "Es la solución más barata y, por tanto, será la que el Gobierno central acepte más fácilmente. Así, Barbón, tal y como acostumbra, antepone no confrontar con su partido en Madrid a los intereses de los asturianos".