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La falta de socorristas en Estaño es "un grave riesgo", alertan los usuarios

Los primeros bañistas llegan al arenal gijonés, donde no hay cobertura telefónica para llamar en caso de emergencia

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Gijón inicia los baños en sus playas

La ausencia de miembros del equipo de salvamento en los arenales de la zona rural (Estaño, Peñarrubia y Serín) supone "un grave riesgo" para los bañistas, especialmente en la playa de Estaño, donde no hay cobertura para realizar ninguna llamada de alerta en caso de emergencia dentro del agua o fuera de ella. "Es un sitio al que vienen muchas familias con niños y donde todos los veranos hay algún incidente pese haber socorrista. Si ocurre este año será muy peligroso porque no hay cobertura hasta llegar a la carretera general", advierte el hostelero Agustino Cusimano, de La Terraza del Indio. "Somos el único teléfono operativo, pero si un día cierro no hay nadie que pueda avisar", añade el empresario, que regenta el único establecimiento próximo a esta playa de Somió, que ayer ya recibió a los primeros usuarios que aprovecharon para tomar el sol y darse un chapuzón con el inicio de la fase 2 de la desescalada.

Ese riesgo es palpable y sobre ello incide el socorrista Rubén Álvarez, que espera que tanto Estaño como El Rinconín tengan finalmente un miembro del equipo de salvamento. "Por muy prudente que sea la gente, los accidentes pasan y Estaño es una playa donde siempre van muchos bañistas. Los coches a veces obstaculizan el paso de la ambulancia, como ya ha pasado; el problema de la cobertura es un añadido", relata el socorrista, con doce años de experiencia.

La misma reivindicación de su uso la comparte el presidente de la asociación de vecinos de La Guía, Paulino Tuñón, que asegura que los usuarios "serán capaces de mantener las distancias y comportarse debidamente". "No soy partidario de prohibir, pero a esa playa habrá que ir con seguridad", añade. La ausencia de socorristas no es el único problema. También denuncian los usuarios falta de mantenimiento, y mal funcionamiento de las duchas.

El Rinconín, sin perros

Los vecinos de la zona este de Gijón son quienes mayoritariamente acuden a los arenales rurales, desde Estaño a Peñarrubia pasando por el de Serín. En los tres había ayer usuarios disfrutando de los rayos de sol. Los vecinos de Somió y La Providencia, representados por Soledad Lafuente y Cristina Menéndez, respectivamente, retoman ahora una reivindicación de hace años, desde que la playa del Rinconín se convirtió en un espacio para perros durante todo el año. "Debido a las restricciones y a los problemas de los que se está hablando creemos que es oportuno recuperar esa playa para las personas", reflexiona Lafuente. "Pueden ir al otro tramo, al de la escalera 23", aporta Menéndez. "Es una gran oportunidad, porque además de excrementos los perros están sueltos, se pelean entre ellos y si dices algo te recriminan; no es seguro y siempre fue una playa familiar", añade José Palacio, vecino de Somió, que en su día recogió firmas para frenar la llegada de los perros al Rinconín.

Primeros baños en San Lorenzo

Por otro lado, varios gijoneses se atrevieron ayer a zambullirse en el Cantábrico después de que la Alcaldesa, Ana González, reconociese que no podía sancionar a quien lo hiciese. Fueron pocos y respetando las distancias de seguridad en el agua. "Había ya muchas ganas de pegar un baño porque se echaba de menos, además el agua está muy limpia y a buena temperatura", apuntaba Juan Álvarez tras el chapuzón en San Lorenzo. Lo hizo en compañía de las hermanas Julia, Amelia y Luna Boullosa. "Yo soy friolera y me costó entrar", bromeó esta última.

También disfrutó del mar Estefanía Bravo, aunque en su caso ya se enfundó el neopreno cuando se abrió la veda a las prácticas deportivas. "Se coge con muchas ganas y se hizo muy duro durante la cuarentena, pero ahora que se puede hay que disfrutarlo", reflexionó.

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