Confuso estreno de las peatonalizaciones de la calle Claudio Alvargonzález y el tránsito de las Ballenas, que estarán cerradas al tráfico general hasta octubre, como poco. Muchos conductores ignoraron la medida, que entró ayer en vigor, y siguieron circulando como siempre pasadas las 18.00 horas, cuando se supone que ya no estaba permitido para nadie (hay un horario de circulación sobre para residentes los días laborables). "Faltan señales, está mal indicado", afirmaron algunos que iban al volante de sus vehículos.

La peatonalización de la calle Claudio Alvargonzález y el tránsito de las Ballenas ha sido polémica. La asociación de vecinos "Gigia" de Cimadevilla protestó enérgicamente contra ella. Fruto de ello, el Ayuntamiento apuró una solución intermedia, que es la que ayer entró en vigor. Únicamente se permite la salida de vehículos de residentes por el tránsito de las Ballenas de lunes a viernes, excepto entre las 18.00 y las 02.00 horas. Tampoco pueden hacer uso de esa vía los festivos y los fines de semana. Ello ha implicado una reordenación de los accesos y el tráfico en el barrio. La calle Emilio Muñiz "El Negro" es desde ayer de doble dirección y la salida del barrio alto se hará por la calle Escultor Sebastián Miranda. La alcaldesa, Ana González, aseveró que velará por el cumplimiento de estas medidas y habrá multas para quienes no las sigan.

Si bien, ayer muchos fueron los conductores que desconocían las nuevas normas de circulación por este concurrido y emblemático eje de la fachada marítima de la ciudad. Fue el caso de Irene Prieto y de Javier García, que bajaron pasadas las seis, con su coche hasta Claudio Alvargonzález por el tránsito de las Ballenas. "No sabíamos nada y no está muy bien indicado. Creemos que hacen falta más señales, apenas se ven las que han colocado", afirmaron. Lo mismo opinaban Édgar Martín y Vega Álvarez, que iban a pie por Claudio Alvargonzález y se tuvieron que apartar por el paso de una furgoneta. "Nadie parece haberse enterado, las cosas no están claras", comentaron.

Al contrario que como sucedió con el paseo del Muro, donde la peatonalización de los dos carriles que va desde la rotonda del Piles hasta el Náutico se ejecutó con bolardos y vallas, las peatonalizaciones de Claudio Alvargonzález y el tránsito de las Ballenas son mucho menos aparentes. Solo una señal de dirección prohibida en la confluencia entre el Tránsito de las Ballenas y la calle Artillería para los no residentes ejemplificaban las peatonalizaciones que ayer, a pie de calle, fueron recogidas tanto con optimismo como con críticas. Begoña Muñiz y Javier Fernández, dos vecinos de la zona, las aplaudieron. "Era un dolor bajar por el tránsito", señalaron. Y Lucía Popa, que regenta una sidrería en el barrio, las criticó por falta de aparcamiento. La asociación de vecinos "Gigia" ha descartado manifestarse contra la medida.