Importante giro en el crimen del bebé de Nuevo Roces. La magistrada al frente de la instrucción accedió ayer a la petición de la Fiscalía para dictar el sobreseimiento provisional de la causa contra Daniel B. S., padre biológico del neonato, y mantener la acusación por un delito de asesinato solo contra la madre, Silvia A. M., que cumple prisión preventiva desde el pasado septiembre. Ambas partes habían sido convocadas ayer (ella por videoconferencia desde la cárcel) para informarles sobre el cambio del procedimiento a tribunal de jurado, al que no tendrá que enfrentarse Daniel B. S. Eso sí, el abogado de Silvia A. M., ya anunció que presentará un recurso para reincorporarlo a la causa al considerar que los pelos hallados en el cadáver del niño podrían inculparle, mientras que el letrado del joven manifestó la intención de su cliente de presentarse como acusación particular contra la investigada, con la que mantuvo una relación sentimental de siete años y con la que convivía en el piso de la calle Jenaro Suárez Prendes. Justo en frente del contenedor de basura donde apareció el recién nacido cosido a puñaladas.

La pareja estaba citada a primera hora de la mañana en el Juzgado de Instrucción número 2 de Gijón para un acto que todos pensaban iba a tratarse de una mera formalidad, exclusivamente para darse por enterados del contenido del auto dictado el viernes por la magistrada en el que exponía las conclusiones de su investigación. Ya en ese escrito, la cronología aportada por la jueza parecía inclinarse por la versión de Daniel B. S., que siempre negó haber desconocido en todo momento que su pareja estaba embarazada. La magistrada también matizaba que la mochila en la que apareció el bebé, que presenta cabellos de tanto él como de ella, era "usualmente utilizada" por el joven, así que la presencia de restos biológicos por su parte no supone una prueba clara de su participación en el crimen. A esa misma conclusión llegó la fiscal del caso, que ayer solicitó expresamente el archivo de la causa contra Daniel B. S. al considerar que "no hay pruebas contra él". La Fiscalía estima también que los pelos hallados en el cadáver podrían estar ya en la mochila que él utilizaba o en la toalla con la que Silvia A. M. envolvió presuntamente a su hijo tras el parto, por lo que no ven ningún indicio concluyente que permita seguir con las diligencias en su contra.

A la salida de la cita, que duró apenas 20 minutos, Javier Menéndez Barbón, abogado de Silvia A. M., anunció su intención de recurrir el archivo. "Tengo que hablarlo primero con mi cliente, pero tengo intención de recurrir. Entendemos que hay algún tipo de prueba de la que se pudiese colegir que la otra parte también tenía conocimiento o participó en los hechos", aclaró en referencia a los cabellos hallados en el cadáver. Por su parte, Ricardo González, abogado del ahora exculpado, trabaja ya para presentarse con su cliente como acusación particular contra la que fue su pareja. Daniel B. S. había vuelto al vivir en el piso de Nuevo Roces.

La madre buscó en internet cómo "parir sin dolor"

El varón, entonces de 27 años, se ha mantenido hasta ahora firme en su versión: siempre afirmó desconocer que su pareja estaba embarazada y que no tuvo nada que ver en la muerte de la criatura. Por su parte, Silvia A. M., en su momento de 28 años, sí cambió su versión, al exculpar primero a su pareja y reconocer que había arrojado al bebé a la basura -aunque sin confesar que lo matase- y, después, cuando ya estaba en prisión, cambió por completo su declaración para afirmar que había sido Daniel B. S. el que se había llevado al bebé en una mochila, y que suponía que lo iba a abandonar a las puertas de un centro de salud. Dijo entonces que si se lo había callado fue "miedo" hacia su pareja.

El auto emitido la semana pasada, tal y como había adelantado LA NUEVA ESPAÑA cuando tuvo acceso al sumario del caso, recogía que la progenitora tuvo conocimiento de su embarazo en diciembre, tras apenas cuatro semanas de gestación, y que el día 9 de ese mes había accedido a la página web "abortar.org". También se explica que en los meses sucesivos logró ocultar a todo su entorno su embarazo y que no se había sometido a ningún seguimiento médico. Ni siquiera sus vecinos declararon haberse percatado de su presumible cambio físico, por lo que, cuando el recién nacido amaneció el día 2 de agosto del año pasado tirado en un contenedor de la calle Jenaro Suárez Prendes nadie pensó que fuese el hijo de la joven. Está probado que Silvia A. M. hizo más búsquedas en su ordenador. "Acelerar el parto", "parir sin ayuda" o "acelerar el parto" fueron algunas de sus consultas.

La mujer, según el mismo escrito, "dio a luz un niño a término y vivo con una edad gestacional de 38 semanas del que era padre su pareja", y que tras el parto envolvió al niño en toallas y "pudo haberle asestado múltiples puñaladas". También buscó luego en internet "cuánto se tarda en morir por hemorragia". Su cambio de versión, cuando inculpó a su pareja de haberse llevado al bebé, fue tildado de poco creíble por el informe psicosocial, que le atribuye "un trastorno antisocial de la personalidad", lo que no impide que fuese consciente de lo que hacía.