La ejecución de operaciones ya comprometidas y los reajustes para hacer frente a las necesidades de la nueva realidad impuesta por la crisis del coronavirus conviven estos días en la gestión del presupuesto del Ayuntamiento de Gijón. La Intervención General presenta hoy ante la Junta de Gobierno, para su aprobación, el pliego de condiciones técnicas que regirán la formalización de un préstamo por importe de 20 millones de euros para este año.

El recurso a este préstamo ya venía fijado en el capítulo de pasivos financieros de las cuentas del Ayuntamiento al que, por una suma total de 233 millones, dio su visto bueno el Pleno el 4 de diciembre del año pasado y entró en vigor a mediados del mes de enero tras desestimarse dos reclamaciones en contra. Entre otros objetivos estaba dar soporte a inversiones como las fijadas en el denominado plan de barrios, con un horizonte de 44 millones en cuatro años.

Claro que entonces nadie contaba con el covid-19 y su repercusión sobre los números de las primeras cuentas del gobierno liderado por Ana González. No solo se están remodelando las partidas de gasto para potenciar las ayudas sociales a familias y las económicas al tejido empresarial. También para asumir una minoración de ingresos del Ayuntamiento que van por 16 millones y subiendo. No se estrenará el polémico IBI para ricos, se están dejando de cobrar tasas como las de las terrazas hosteleras y se suman dos meses sin cobrar por servicios municipales que no se han podido dar al estar todas las instalaciones cerradas.

No hay que olvidar tampoco que ya se ha finiquitado el fondo de contingencia. Los 400.000 euros reservados se usaron para comprar materiales vinculados a la seguridad y la gestión de la pandemia en la administración municipal. Esa fue una de las seis modificaciones presupuestarias aprobadas en Pleno la semana pasada.

Mismo Pleno que autorizó aumentar en 3,2 millones varios programas de ayudas de la Fundación Municipal de Servicios Sociales. Los miembros de la junta rectora de la entidad han sido convocados mañana para, entre otros asuntos, aprobar la cuenta general del 2019. La Fundación cerró el ejercicio económico con un nivel de ejecución del 93,8% y un ahorro neto de 3,9 millones sobre un presupuesto final de 20 millones de euros.

Al cierre se concretó un remanente de 6.189.552 euros a incorporar al actual presupuesto. Ese es el dinero del que ha estado tirando este tiempo el organismo presidido por la socialista Natalia González para afrontar el impacto social de la pandemia en la ciudad. Tras tres modificaciones del presupuesto quedan libres 1,6 millones y un semestre de acción por delante. Ello hace pensar en la necesidad de que, más pronto que tarde, el Ayuntamiento tenga que transferir más dinero a la entidad para no dejar a nadie atrás.