Una amplia franja de la bahía industrial gijonesa que suma un total de 136.100 metros cuadrados, entre el cierre Este de la playa de El Arbeyal y el solar que ocupa el clausurado astillero de Naval Gijón, puede cambiar de propiedad en los próximos meses. Es la conclusión a la que aboca el acuerdo adoptado ayer, en reunión telemática, por el consejo de administración de la Autoridad Portuaria. El órgano que preside Laureano Lourido ha aprobado una declaración por la que esos terrenos se consideran "innecesarios" para su actividad empresarial. Es una superficie que ocupan ahora la entidad deportiva Santa Olaya, con 16.000 asociados, además de Astilleros Armón y El Tallerón de Duro Felguera. El Puerto pide, además, la desafectación de estos bienes para su incorporación como patrimonio susceptible de ser sacado a la venta.
El objetivo confirmado por el Puerto es el de "proceder a la enajenación" de esos bienes, según consta en nota informativa. "Lo que se ha aprobado es la solicitud, vamos a ver cómo se desarrollan los acontecimientos y a partir de ahí se decidirá qué pasa", explicaron las fuentes portuarias consultadas. Son movimientos empresariales de extraordinaria importancia para el diseño de la fachada marítima oeste gijonesa. La Autoridad Portuaria optó a principios de esta década por la senda de la venta de parte de su patrimonio. La necesidad de hacer caja por la fuerte deuda acumulada tras la última gran ampliación del Musel parece perentoria.
La decisión adoptada ayer tiene antecedentes. Es la misma operación legal previa que se siguió, por ejemplo, para la posterior venta al Ayuntamiento de Gijón, en abril de 2017, de la Quinta la Vega. Tras la enajenación de este edificio, situado en Jove, siguieron los anuncios para deshacerse de patrimonio tan significativo como la sede histórica de la Autoridad Portuaria, en el Muelle, el aparcamiento subterráneo en el espigón central de Fomento o la parcela de 38.841 metros cuadrados que ocupó Naval Gijón y para la que el Ayuntamiento venía planteando un parque empresarial.
La decisión afecta ahora a terrenos con uso. El Club de Natación Santa Olaya ocupa 13.309 metros cuadrados y tiene concesión hasta el 15 de octubre de 2024; Astilleros Armón desarrolla su actividad en una parcela de 46.728 metros y puede seguir ahí hasta el 18 de febrero de 2023, y El Tallerón de Duro, con más de 76.000 metros cuadrados, posee otra concesión con fecha de vencimiento a 20 de septiembre de 2023. Si el Puerto materializa la enajenación de estos bienes, finalmente, los usufructuarios de ese suelo pueden ejercer el derecho de tanteo o de retracto; es decir, que tendrían preferencia para comprar ese suelo. Es una opción que está en el horizonte por ejemplo del Santa Olaya, según explicó su presidente, Secundino González: "Así se vio en la asamblea que celebramos el pasado febrero y no hay por qué esperar al final de la concesión; para nosotros es importante ampliar y crecer".
Habrá que ver cómo recibe el equipo de la alcaldesa Ana González esta nueva operación portuaria, con más de 136.000 metros cuadrados de la fachada marítima oeste afectados. Y que concierne a entidades sociales y empresas importantes. Una decisión que la Autoridad Portuaria hizo pública junto con los datos de tráficos de los primeros cinco meses del año. El Musel movió hasta el pasado mayo 7 millones de toneladas de graneles y mercancías, lo que supone un 9 por ciento menos que en 2019.
