Un presupuesto de 125.234 euros y un plazo de ejecución de las obras de 55 días a realizar entre los próximos meses de julio y septiembre son las condiciones del contrato para reparar e impermeabilizar la cubierta de la iglesia de la Laboral que acaba de sacar a licitación la Sociedad Pública de Gestión y Promoción Turística y Cultural del Principado de Asturias. Solventado en el Ayuntamiento el lío político en torno a la petición de declaración de la Universidad Laboral como patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco, ahora llegan buenas noticias desde el Gobierno autonómico.
El proyecto de obras en la cúpula de la iglesia se puso en marcha en 2017, pero sigue sin ejecutarse tras varias demoras de tramitación y una fallida licitación el año pasado. Todo ello supuso un aumento del deterioro de unas de las piezas más importantes del complejo arquitectónico creado por Luis Moya y la reiterada denuncia del problema por parte de, sobre todo, la Asociación de Antiguos Alumnos. Las obras que ahora se licitan se hacen en base a un modificado del proyecto inicial hecho este marzo que eleva el presupuesto ya que, se explica, "la constante entrada de agua propicia que la superficie afectada por la presente intervención sea mucho mayor, esto a su vez produce que las partidas que afectan al interior de la cúpula hayan aumentado".
La Universidad Laboral, ahora Laboral Ciudad de la Cultura, es un Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de monumento y el máximo nivel de protección. Algo que hace que el proyecto de la arquitecta María Alejandre fije la necesidad de tener un "exquisito cuidado" en el uso de materiales, las pruebas y todo el proceso de reparación, que afecta tanto al exterior como al interior de la cúpula. La iglesia de la Laboral es un edificio de planta elíptica con una superficie de 807 metros cuadrados y y una altura aproximada de 57 metros. Está cubierta por una cúpula sustentada en veinte pares de nervaduras de ladrillo que descansan sobre pilares también de ladrillo y rematada por una linterna también de planta elíptica.
Los trabajos en la parte exterior se centran en cambiar las pizarras rotas y dar una solución al problema de la linterna, que es por donde más entra el agua en el edificio. Las filtraciones afectan a ese techo interior que conforma una de las imágenes más populares de la iglesia. A la restitución de piezas e impermeabilización se suma una limpieza para el que se sugieren diferentes métodos, desde el láser al microchorro de arena. Para el tratamiento de la junta de la linterna y la cúpula se propone la utilización de un sellante a base de silicona. También hay una propuesta de sustitución de las carpinterías de madera, otro sitio por donde se cuela el agua, por ventanas de aluminio con doble acristalamiento "iguales en cuanto a tipología, color y prestaciones a las que ya se encuentran instaladas en gran parte de los huecos existentes en todo el complejo".
La arquitecta deja claro en el modificado del proyecto que " con esta intervención únicamente se pretende garantizar la estanqueidad en varios puntos de la cubierta de la iglesia que poseen problemas en sus juntas, carpinterías y por algunas piezas de cubrición perdidas. El resto de la cubierta y la edificación no se modifican".
