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La red de contenedores marrones suma ya 1.294 unidades

El plan local por la recogida selectiva de materia orgánica adelanta la ciudad a los plazos que fija la nueva ley de residuos

La red de contenedores marrones suma ya 1.294 unidades M. L.

El recién presentado anteproyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados fija algunas fechas a tener muy en cuenta. Una tiene que ver con la obligación de instaurar la recogida de la materia orgánica doméstica en los municipios de más de 5.000 habitantes antes del 31 de diciembre del año que viene. El año 2023 para los municipios más pequeños. Gijón ya tiene mucho camino andado para cumplir con la normativa estatal.

De hecho, impulsar la presencia del contenedor marrón en las calles de toda la ciudad ha sido una de las estrategias fundamentales de la Empresa Municipal de Servicios de Medio Ambiente Urbano (Emulsa) en los últimos años. El acelerón final ha chocado con la reorganización del trabajo y las urgencias que la empresa ha tenido que enfrentar por culpa de la crisis del coronavirus. El plan de expansión de la red por la zona centro empezaba en febrero. En marzo se decretó el estado de alarma en el país.

Pandemias al margen ahora mismo en las calles de la ciudad hay A día de hoy, instalados en la ciudad 1.294 contenedores de recogida de materia orgánica: son 395 más que a 31 de diciembre de 2019. Unos contenedores que tienen la singularidad respecto a sus colegas verde, amarillo y azul -dedicados al reciclaje de, respectivamente, vidrio, plásticos y papel y cartón- de que están cerrados y para acceder a ellos se necesita el uso de la tarjeta ciudadana como "llave" de apertura.

¿Cuanto han recogido estos contenedores marrones? El pasado mes de mayo se recogieron 276.220 kilos aunque la cifra más alta estuvo en marzo, junto cuando empezó el estado de alarma, cuando por primera vez se superaron los 300.000 kilos. En lo que va de año se han recogida por esta vía de reciclaje un total de 1.366.toneladas.

La constante tendencia al alza del compromiso de los gijoneses con la selección de este material no va mal si se tiene en cuenta que la memoria de Emulsa de 2019 se cerró, en lo que tiene que ver con la fracción orgánica con 2.360 toneladas: un 232% mas que en 2018. A lo largo de ese año se colocaron 700 contenedores a sumar a los 224 que se llevaban instalados desde que el proyecto se puso en marcha en 2015 con una experiencia piloto en el Polígono de Pumarín.

La intención para este 2020, o por lo menos la fijada en el presupuesto aprobado antes de que nadie supiera que era el coronavirus, es rematar la implantación de la recogida orgánica en toda la zona urbana para atender a una población de 250.000 habitantes. A la zona rural se extendería entre los años 2021 y 2022. Antes de que se cumpla el plazo que Madrid quiere imponer ahora con la nueva ley de residuos.

Emulsa ha apostado siempre por esta vía como una de las acciones más importantes para poder alcanzar el objetivo del 50% que fija la Unión Europea en reciclaje y reutilización de los residuos gestionados. Hay que tener en cuenta que el 40% de los residuos que se van al contenedor de la basura general son materia orgánica con opción a ser reciclada. Es mucha cantidad y es, además, un material con mucho peso a tener en cuenta.

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