El Ayuntamiento de Gijón ha celebrado este martes el treinta aniversario de la instalación del "Elogio del Horizonte", una escultura del artista vasco Eduardo Chillida que se ha convertido en un símbolo de la ciudad.

Ubicada en lo alto de un acantilado del Cerro de Santa Catalina, en la costa del Mar Cantábrico, la obra es uno de los atractivos turísticos de Gijón.

El Ayuntamiento ha recordado la instalación de la escultura, un día como hoy de hace treinta años, en un acto conmemorativo al que asistió Luis Chillida, hijo del autor fallecido en 2002.

También se ha inaugurado este lunes en el Cerro de Santa Catalina una exposición de paneles informativos ilustrados que narran la forma en que Chillida desarrolló la obra y parte de la historia de Gijón antes y después del "Elogio".

En el acto, la alcaldesa de la ciudad, Ana González, ha dicho que la escultura es un "símbolo de la ciudad y representa un ejemplo de esperanza". En su opinión, la obra, que en los primeros años fue objeto de críticas ciudadanas, representa "un abrazo de solidaridad que cobra vida porque es un organismo vivo".

En declaraciones a los periodistas, Luis Chillida ha recordado que su padre buscaba un lugar privilegiado para el "Elogio del Horizonte", y se quedó "fascinado" cuando visitó por primera vez el sitio en el que hoy está ubicado y que antiguamente fue una fortaleza militar.

Eduardo Chillida estuvo "buscando sitios" para esta obra, una de sus preferidas, en algún lugar de la costa que le diera relevancia, ha afirmado su hijo.

El autor buscaba un sitio extenso y alto, acorde con las dimensiones que le quería dar a la escultura, porque consideraba que "las cosas tienen que tener ciertas proporciones".

La exposición está comisariada por los historiadores Héctor Blanco y Luis Miguel Piñera, colaboradores de LA NUEVA ESPAÑA.