El "Elogio del Horizonte" es "un organismo vivo", "arte y cultura", "un abrazo al mar de hospitalidad y acogida" -la Alcaldesa dixit- y la escultura que simbolizó "la recuperación del cerro de Santa Catalina" para el disfrute de los gijoneses. La obra de Eduardo Chillida, que ayer cumplió 30 años, es muchas cosas, pero, sobre todo, es el icono que permitió a Gijón "reinventarse y encontrar un nuevo modelo de ciudad para avanzar conjuntamente", indicó Ana González. No hay otra conclusión posible, y menos aún, después de la inauguración de la exposición de esta gran pieza de hormigón que desde 1990 corona el cerro de Santa Catalina, "un lugar maravilloso" que el artista donostiarra siempre soñó.

Los historiadores gijoneses Héctor Blanco y Luis Miguel Piñera, colaboradores de LA NUEVA ESPAÑA, hicieron balance ayer de lo que ha supuesto el "Elogio" para Gijón, una ciudad en la que la obra pasó de ser algo controvertido y recibido entre críticas a una seña de identidad indiscutible. A través de siete paneles dobles, muy visuales, certeros y con imágenes de Jesús Uriarte y Juan Carlos Tuero, repasaron estas tres décadas de historia en un acto que contó con la presencia de Luis Chillida, hijo del autor. "Esta obra es parte de mi familia, como un hermano que cumple años y vienes para estar con él; una obra que se ha ido haciendo con el cariño de la gente y convertido en lo que mi padre tenía en la cabeza; cuando vio el Cerro supo que era el lugar perfecto", reveló.

La muestra, titulada "Elogio del Horizonte: mirando al futuro", está dividida en dos partes. La primera comienza por el lado más próximo a la cuesta del Club de Regatas, lleva la firma de Héctor Blanco y logra dar "una visión completa de lo que es la escultura en su contexto histórico, creativo y en su gestión como pieza física y elemento urbano como hito".

Ese homenaje, recalca el historiador, debe ir siempre de la mano del parque verde en el que se asienta la obra, una zona que volvió a la ciudad de la mano del "Elogio" tras años reservada a los militares. "Es importante destacarlo, porque si el Cerro no hubiese vuelto a ser patrimonio municipal es posible que el 'Elogio' no estuviese aquí, por eso, el parque y la escultura van de la mano", apunta Héctor Blanco.

La misma reflexión compartió Luis Miguel Piñera, cuya misión fue la de contextualizar la llegada del "Elogio" al Gijón de principios de los noventa. "Estuve el día de la inauguración, hace ya treinta años, y fue emocionante poder pisar este terreno, donde no había podido estar en mi vida", relató. Es por ello que, tanto para Piñera como para el resto de gijoneses, la instalación de la obra de Chillida permitió recuperar un espacio verde que, sin duda, se ha convertido en lugar de peregrinaje para la ciudadanía y visitantes. El marco en el que se asientan millones de fotos.

En palabras de Luis Miguel Piñera, comparando con la película "Volver a empezar", rodada en 1981 en Gijón, el "Elogio" permitió salir de una ciudad gris para ir "mejorando sustancialmente". La obra de Chillida fue la primera piedra de ese avance.

La exposición, que estará instalada hasta el 1 de septiembre, guarda un rincón que recuerda el Gijón más combativo y crítico, donde su ciudadanía "mira con lupa" cualquier cosa. "La calle no se calla", se titula ese último panel, que como todos pueden leerse en castellano, asturiano y euskera a través del móvil. El mejor ejemplo de ese Gijón de protesta estuvo en la concentración de trabajadores de Ebhisa que amenizaron con petardos y proclamas el acto.

Restauración de la obra a partir de julio

Los dos historiadores, con un mes de margen, han logrado homenajear al "Elogio" con el apoyo de la Fundación Municipal de Cultura. A esas palabras para dejar latente la importancia de la obra se sumó Ana González: "Es un símbolo que cobró vida al enraizarse en el Cerro, y generó cosas que ni estaban previstas, como que el mar retumbe dentro de él e hizo repensarnos la ciudad para avanzar conjuntamente".

El cumpleaños, eso sí, "pilló" al "Elogio" con pintadas después del estado de alarma, pero ya prometió la Alcaldesa que en julio se retomarán las labores de restauración que dirige el arquitecto Lorenzo Fernández Ordóñez. "Es algo complejo, pero queremos ponerlo al día, sacarlo adelante y que luzca en todo su esplendor", prometió González.