Un nuevo sabotaje en las instalaciones de la terminal de minerales de El Musel, dañando dos cintas a través de la que suministra a ArcelorMittal la materia prima para sus hornos altos, motivaron la paralización el pasado jueves de las negociaciones entre la dirección de la empresa y los sindicatos en el Sasec. Las aguas volvieron ayer a su cauce y las negociaciones se retomarán el lunes.

Los daños en las cintas con las que se suministra a Arcelor se produjeron cuando las mismas estaban inactivas. No se vio afectada otra cinta por la que sí se enviaba material a la multinacional siderúrgica. Los sabotajes en la terminal de minerales son muestra del clima de tensión que se vive en la empresa a raíz del inicio el pasado mayo de un ERTE de 20 meses.

Lo que se negocia en el Sasec no tiene que ver con el ERTE, sino que las preocupaciones de los sindicatos van por el mantenimiento del empleo de siete trabajadores con contrato relevo, a los que la empresa no prevé pedir al Estado (Ebhisa es de mayoría accionarial pública) que le permita hacerlos fijos cuando se jubilen los relevados. Estos trabajadores ya han iniciado la presentación de demandas en los juzgados de lo social. Cuatro de ellos, además, iniciaron una huelga de hambre en la que ahora continúan solo dos.

El conflicto de Ebhisa está teniendo derivadas políticas. El portavoz de Podemos en la Junta General, Daniel Ripa, denunció ayer que "el Gobierno del Principado está desaparecido" en el conflicto laboral de la Ebhi aun cuando "es una empresa pública con viabilidad económica y laboral y beneficios". Para Ripa, "el silencio administrativo es dramáticamente elocuente, pero inaceptable", con lo que llamó a "buscar soluciones y buscarlas ya". En ese sentido, tanto Ripa como su homónima en el Ayuntamiento de Gijón, Yolanda Huergo, se mostraron dispuestos a reunirse con el presidente de la Autoridad Portuaria, Laureano Lourido, al que, recordaron, "lo nombra la administración y cobra más que el presidente del Principado".