¿Quién nos iba a decir que íbamos a vivir una pandemia? ¿Que de un día para otro íbamos a tener que cerrar las puertas de nuestro negocio? Hoy me gustaría contar cómo viví los meses del confinamiento y cómo la belleza y el cuidado del rostro y del cuerpo, siguieron presentes en mi vida y en la de gran parte de la población.

Cuesta creer que, cuando mejor deberíamos haber tenido la piel porque no estábamos expuestos a la polución, ni a los rayos ultravioleta, y que incluso hubiéramos dedicado más tiempo a su cuidado, en lugar de pieles bonitas, descansadas, luminosas y tersas nos encontramos con pieles opacas, más sensibles, con alteraciones tipo acné, incluso más bolsas y ojeras en los ojos. Voy a intentar explicar alguna de las posibles razones.

Efectos secundarios: manos y rostro

Una de los primeros efectos secundarios de los cuidados frente al covid-19 fueron las alteraciones cutáneas de las manos. Los lavados continuos, los jabones, la intensa frotación y los geles hidroalcohólicos, seguro destrozaron las manos de más de una de las personas que ahora mismo estáis leyendo esto. Determinados jabones pueden resultar relativamente abrasivos, al no tener en cuenta el pH de la piel, y ejercer una excesiva capacidad de arrastre de las impurezas, que a veces se llevan más de lo que hace falta como, por ejemplo la barrera hidrolipídica que necesitan las manos para mantener su salud. Para ello, lo ideal es utilizar productos que aporten una buena higiene a la vez que cuidan el tejido. Y también reforzar y reparar su protección natural después. En resumen, cuidar más las manos que antes.

El rostro también fue notando día a día las consecuencias del estrés, la ansiedad, y la falta de luz solar. Han empeorado las pieles con tendencia acneica. Esto se debe a que el cortisol dispara la 5-Alfa Reductasa, una enzima con un papel fundamental en el metabolismo de andrógenos, y esto produce un descontrol en la testosterona y de ahí un desequilibrio en las glándulas sebáceas.

Otra consecuencia en la piel a causa del estrés son las manchas. Esto sorprende mucho, sobre todo por la ausencia que tuvimos de sol, pero es que realmente este tipo de manchas se producen por un exceso de cortisol. No hay que confundirlas con el melasma o cloasma. El estrés influye en la piel mediante múltiples y complejos mecanismos. Se debilita la función barrera y por ello aparecen rojeces, sensibilidad extrema, y además se ralentizan la circulación sanguínea y linfática porque no llega tanto oxígeno ni nutrientes a los tejidos. Si no nos liberamos correctamente de las sustancias de desecho, pueden aparecer o empeorar los edemas.

Lo grave ya pasó

Debemos intentar, con todas nuestras fuerzas, huir del estrés. Es evidente que todo esto son generalidades, y que no a todas las personas les afectó igual, pero doy fe que fueron frecuentes.

Además, la gran mayoría también terminó notando los cambios en su cuerpo, como resultado de la inactividad y una dieta desequilibrada. Démosle la bienvenida a la actividad física y a una buena alimentación. Lo grave ya pasó, y una vez más he sido testigo de lo bonito de mi profesión, y de lo importante que es la estética para muchas personas. No hay por qué avergonzarse de ello, no es una frivolidad.

Más allá de la salud, que es la prioridad absoluta, ha sido un placer poder acompañar por teléfono, mail, videollamada, y por las redes sociales (que ardieron durante la cuarentena) a tantísimos clientes. Y ayudarles a verse bien y así sentirse mucho mejor. Porque querer cuidarse y verse bien también es SALUD.

Me quedo con la gran alegría y las palabras bonitas de tantísima gente cuando comunicamos la reapertura. Con el cariño. Con la confianza. Y con los cientos de consultas atendidas durante aquella etapa oscura, que con un punto de belleza, logré haceros más amena. Ahora llegan las prisas por recuperar el tiempo perdido, por recuperar la piel, y recuperar el cuerpo. Poco a poco, paso a paso y siempre bien asesorados. Sin olvidar que "lo rápido y sin esfuerzo alguno" no suele ser muy fiable. Tampoco las grandes promesas, ni lo "bueno, bonito y barato". En los últimos meses han cambiado muchas cosas, pero por favor, no perdamos el sentido común.

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