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LORENZO FERNÁNDEZ | ARQUITECTO, ENCARGADO DE LA CONSERVACIÓN DEL "ELOGIO DEL HORIZONTE"

"Vamos a revertir el deterioro del 'Elogio' con una fina capa de material impermeable"

"Lo primero es ver qué producto se usa para eliminar las pintadas sin que cambien el color ni el brillo de la escultura en las zonas afectadas"

Lorenzo Fernández Ordóñez.

Al arquitecto madrileño Lorenzo Fernández Ordóñez, la familia Chillida le llamó para participar en la rehabilitación del "Elogio del horizonte", dentro del "Innovaconcrete", proyecto financiado por la UE y liderado por la Universidad de Cádiz. Señala que la UE ha concedido esos fondos porque "el hormigón armado es un invento europeo", y para poner en valor que se trata de un material "con rango artístico y patrimonial, no sólo útil".

- ¿Qué le ocurre al "Elogio"?

-Si se oxida el acero, se corroe, expande y revienta el hormigón. A día de hoy no hay cura para eso. Lo que se hace cuando se estropea es que se pica, sanea y vuelve a recubrir con más hormigón. Pero eso en una obra de arte es imposible; al "David" de Miguel Ángel nadie se le ocurriría ponerle un emplasto encima. Con el proyecto tratamos de revertir el deterioro del "Elogio".

- ¿Cómo?

-Gracias a este proyecto hemos podido estudiar el "Elogio" en profundidad. Son siete monumentos para los que la UE ha dado siete millones de euros de presupuesto, si bien la división del presupuesto no es simple de siete entre siete, ya que hay mucho trabajo conjunto, como investigación para desarrollar modelos informáticos sobre cómo se comporta el hormigón, además de planes de difusión cultural. Hemos podido modelizar el "Elogio" y eso sería impensable en un estudio convencional.

- ¿Diagnóstico?

-Tiene un ataque de cloruros, porque está cerca del mar y un aire agresivo desde el punto de vista químico por las industrias. Estos cloruros penetran 30 milímetros en la escultura. En las zonas donde hay armadura a menos de esa profundidad, el cloruro la oxida, se expande y corroe la superficie. Eso ocurre en la parte inferior de los voladizos y del arco central también, aunque un poco menos. Seguramente fue debido a un problema de construcción. La armadura pesaba tanto en su momento que seguramente se hundió.

- ¿Solución?

-Extraer los cloruros, como se ha hecho ya en otros monumentos, metiendo agua para disolverlos. Y luego aplicar una protección hidrofugante, que haga que en el futuro el agua no pueda entrar con tanta facilidad, porque el agua es el medio que facilita que entran estas sales, por capilaridad. Con eso vamos a conseguir detener el deterioro. Se trata de una capa impermeable de unas micras completamente transparente e imperceptible, un repelente del agua, pero que a la vez permite que el hormigón transpire, expulsando el agua que llegue por otras vías.

- ¿Y en las zonas donde se han desprendido trozos?

-Ahí hay que sanear y reponer la materia con morteros especiales que en parte se han desarrollado en el proyecto.

- ¿Cuándo empezarán?

-En julio. El paso preliminar lo hará personal de la Universidad de Florencia, especialistas en limpieza, analizando las pintadas y qué productos usar para eliminarlas sin que cambie el color o el brillo de la escultura o el comportamiento del material. Por eso se van a hacer pruebas, esperando un tiempo a ver cómo evoluciona la zona que se limpió. Esas pruebas se van a monitorizar, se van a ir sacando datos a lo largo de un año, y si se comporta bien, se cerrará el proyecto de restauración. Ese proyecto se lo daremos al Ayuntamiento para que lo ejecute; primero limpieza de pintadas, quitar los cloruros y luego la capa protectora y reconstruir en los sitios en los que está dañado, donde los cloruros ha llegado al acero.

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