A escasos días de que se ultime la instalación, los usos del antiguo Banco Urquijo, reconvertido en un moderno centro de trabajo colaborativo, ya están fijados. El semisótano, en su margen izquierdo desde la entrada principal, quedará a cargo del chef con estrella Michelin Ricardo González Sotres, que se estrena en la ciudad con un restaurante informal de tapeo, Camelia. Al margen del guiño gastronómico, el palacete abrirá este 1 de julio como un edificio esencialmente tecnológico y de carácter emprendedor. Adquirido por la multinacional IWG a través de la marca Spaces, el local dedicará la inmensa mayoría de sus cuatro plantas a 48 oficinas y cuatro salas de trabajo y reuniones. Podrían estar listas la semana que viene. La entidad, preparada para ofrecer hasta 300 plazas de trabajo, también se reserva el uso de la azotea y deja a Sotres a cargo de una terraza en el recinto al que podrán acceder tanto socios como público general.
La idea es que el emblemático edificio, que suma un total de 2.500 metros cuadrados, mantenga su tradicional aspecto exterior, pero de puertas para dentro pretende convertirse en uno de los locales referentes de la ciudad en cuanto a innovación tecnológica y emprendimiento para socios de "perfil alto". Es, de hecho, el principal atractivo que los organizadores creen poder ofrecer: un espacio de trabajo basado en el modelo del "todo incluido" que garantice a cada usuario servicios de limpieza, telefonía, recepción y conexión a internet incluidos. Ya hace semanas los responsables del nuevo local explicaban que Spaces no aterrizaba en Gijón con el objetivo de atraer precisamente a un diseñador gráfico o un escritor en busca de un lugar silencioso y con wifi. Su nicho de mercado se orienta, sobre todo, en las grandes empresas y pymes regionales.
Que la empresa se haya hecho con uno de los edificios más icónicos de la ciudad le hace partir con cierta ventaja estratégica -en su página web ya intentan atraer a potenciales clientes con el mensaje de "una ubicación perfecta- y con la única desventaja técnica de no haber podido acometer ninguna remodelación exterior en su fachada, protegida por su valor cultural. Los organizadores creen que lo conocido del inmueble al pie de los Jardines de la Reina les ayude a que el negocio se "integre" pronto en la lista de puntos turísticos de la ciudad y esperan, de hecho, poder lograr más adelante implementar su propio programa cultural, con eventos formativos y conferencias de artistas que quieran detallar se proceso creativo que podrían, incluso, enmarcarse como citas paralelas de festivales locales.
Ya hay un protocolo listo para poder celebrar la apertura con seguridad ante el covid-19, que obligará también a aplazar el evento inaugural inicialmente previsto para el mismo día 1 del mes que viene hasta, probablemente, después del verano. Sí está previsto poder garantizar la separación de circuitos en ascensores y zonas comunes mientras dure el proceso de desescalada.
La colaboración con Sotres será un añadido más a la oferta del nuevo Banco Urquijo y servirá de enlace entre los socios del grupo de "coworking" y los interesados en el atractivo más turístico del palacete. Por eso la idea del chef es que su carta se aleje del estilo más formal que tiene en el restaurante El Retiro en Pancar (Llanes) y apueste por las comidas compartidas, el tapeo y horarios flexibles durante todo el día.
Los cálculos de la entidad estiman que el del palacete de Urquijo podría ser ya el mayor edificio de "coworking" en la región. Este concepto, traducido al castellano como "cotrabajo" o trabajo colaborativo, sí cuenta con cierta fama en algunas capitales europeas, pero su aterrizaje en España, y sobre todo en Asturias, está siendo más bien lento, de ahí que Spaces quiera dirigirse directamente a grandes empresas y pymes que hasta ahora no han tenido acceso a este tipo de salas.
