No ha tenido mal encaje en el Ayuntamiento la propuesta del equipo de gobierno de desarrollar un concurso de ideas para seleccionar la propuesta que sirva de base a una reforma integral de los espacios públicos de la fachada marítima que se prolonga desde Cimadevilla a El Natahoyo. Pero más que las bases del concurso, que se rematarán en unas semanas, preocupan los plazos y la capacidad real de las arcas municipales para ejecutar un proyecto de envergadura para la zona.

"Hay que buscar una solución global de conjunto que otorgue a este espacio singular el valor que le corresponde, y en ese sentido consideramos que el concurso de ideas puede contribuir a ello. En todo caso, lo importante es la capacidad económica y posibilidades reales para poder ejecutar la solución ganadora", indicó ayer Rubén Pérez Carcedo. El edil de Ciudadanos considera esencial que se garantice la colaboración entre el Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria, como propietaria del terreno, y reivindica rigor en la ejecución de la obra tras "las malas experiencias tenidas en las medianeras entre la carretera Vizcaína y la avenida de Portugal o la ineficiente remodelación de Marqués de San Esteban".

Rigor y rapidez se pide desde el PP a través de su concejala Ángeles Fernández-Ahúja para quien "la remodelación integral de la fachada marítima es la gran asignatura pendiente de nuestra ciudad, una actuación necesaria e irrenunciable que no puede dilatarse innecesariamente en el tiempo".

Ahúja le pide al gobierno que el proyecto que ahora se inicia no se eternice en el tiempo "diluyéndose como un azucarillo como ya pasó con otros concursos de ideas". Pero sobre todo le pide que concilie la reforma con las necesidades de los vecinos. "Conciliar en vez de peatonalizaciones a base de ocurrencias", matizó en referencia al cierre en Claudio Alvargonzález.

El proyecto de futuro que ahora se plantea supone actuar sobre el eje que conforman las calles Claudio Alvargonzález, Rodríguez Sampedro y Juan Carlos I hasta la plaza del Padre Máximo González extendiéndose a los espigones, los Jardines de la Reina y la explanada de Poniente. El reto a los participantes en el concurso es que reordenen la movilidad en la zona, le den una nueva estética y apoyen su dinamización económica. Las propuestas serán llevadas a una votación popular que se vinculará al fallo del jurado.