Marián Moreno es profesora de Lengua Castellana y Literatura en el Instituto Emilio Alarcos de Gijón. Es experta en coeducación y género, y hoy ofrece una conferencia on-line sobre "La diversidad sexual en el aula", organizada por Xega con motivo del Orgullo LGTB de este año.
- ¿Cómo afrontan su sexualidad los adolescentes de hoy en día?
-Con algunas diferencias respecto a generaciones anteriores y con otras cuestiones que se repiten por falta de educación sexual, que es común a todas las edades en este país. La adolescencia de hoy en día tiene muchísima más información que antes, pero esa información no se convierte en formación: tienen toda internet para buscar, para ver, para recibir información, pero no la procesan como formación porque les falta lo que a todas las generaciones: educación sexual. Esto supone que tienen a su alcance todo tipo de datos y de imágenes, tanto las que llevan a visión positiva de la sexualidad desde el respeto y la libertad, como las que conllevan violencia y consumo de sexo, como la pornografía. Por lo tanto, podemos decir que tienen un cacao mental que, en muchas ocasiones, les lleva a considerar el sexo como un bien de consumo, sin relación alguna con su emotividad y con su vida cotidiana. El acceso a la pornografía, cada vez a menor edad, produce un mundo simbólico en el que la sexualidad se ve como poder en los chicos y sumisión en las chicas, violencia y falta de respeto por el cuerpo. La educación sexual es fundamental para construir otro tipo de sexualidad, la del intercambio, la de la comunicación, del respeto y la igualdad.
- ¿Sigue habiendo miedo a confesar la homosexualidad?
-Sí, mucho, porque está muy normalizado que se insulte a la gente que declara su homosexualidad, no hay más que ver alguno de los titulares de medios de comunicación que se han leído cuando Pablo Alborán ha declarado su orientación sexual. El insulto, la agresión, todavía está a la orden del día, las redes sociales son un pozo sin fondo de homofobia brutal y todo eso lleva a que todavía haya miedo a vivir sin tapujos la orienciación sexual.
- ¿Hasta qué punto pesan los estereotipos?
-Los estereotipos, los prejuicios, la ignorancia pesan muchísimo. Los estereotipos de género son brutales para la construcción de las personas, etiquetan a hombres y mujeres y una de las etiquetas impuestas es que lo "normal" es la heterosexualidad, que la homosexualidad es un "defecto". Los caminos de la vida son muchos, lo que hay que hacer es aprender a vivirlos desde los valores universales de la igualdad, del respeto y de la convivencia positiva.
- ¿Y el papel de las familias?
-Las familias son el eje fundamental para la aceptación de las personas, son el referente de apego. Una familia que protege, que acoge, que valora a las personas y su diversidad es un seguro de vida para las personas homosexuales. Una familia que desprecia, que agrede, que no entiende la homosexualidad es una familia que es una tortura; la persona homosexual puede encontrar un infierno al ser despreciada por las personas a las que más quiere y necesita. La educación sexual y para la igualdad no solo debe darse a la adolescencia, sino también a las familias, porque algunas no tienen ni idea del sufrimiento que pueden causar en sus hijos e hijas, un sufrimiento que te marca de por vida.
- ¿Cómo se afrontan estas cuestiones desde el aula?
-De manera voluntaria al no existir todavía en Asturias un programa de educación en igualdad que sistematice todas las propuestas que se pueden realizar al respecto. Esto es un problema, porque en muchas ocasiones la homosexualidad no aparece en todos los años de escolarización, depende del profesorado que quiera incluirlo, de los centros educativos que lo integren. Cuando en el aula se habla de diversidad sexual, el alumnado responde genial, porque tienen muchas dudas.
- ¿Son los famosos el ejemplo en el que se miran los chavales?
-Son referentes para toda la sociedad, necesitamos personas de relieve, incluidas las personas famosas, para trabajar la normalización de la diversidad sexual. Nuestra adolescencia busca referentes en los que mirarse y el alumnado homosexual no puede pasarse toda la vida pensando que su sexualidad es una rareza o una carencia.
- ¿Qué consejos da a los más jóvenes para aceptarse y hablar abiertamente de su realidad?
-Todavía hay que decirles que tengan cuidado, que se protejan bien, que busquen alianzas entre su entorno antes de lanzarse a hablar abiertamente, porque no podemos decir que vivamos una sociedad realmente inclusiva, por lo tanto hay que advertirles de que pueden ser objeto de agresión, de burla, de comentarios que les desprecian. Pero también hay que decirles que somos muchas las personas que luchamos por una sociedad mejor. Para aceptarse, el único consejo es quererse, encontrar otras personas referentes, estudiar y estudiarse, y sobre todo vivir tu sexualidad desde la igualdad, desde el respeto y también desde la convivencia democrática.
