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Tres décadas "descodificando" el autismo

La asociación Adansi, que rehusó hacer un ERTE en la pandemia para no desatender a sus 700 socios, estrenará instalaciones en Castiello

De izquierda a derecha, la coordinadora de la residencia de Adansi, Laura Escudero, y el cuidador Manuel Álvarez, junto a dos usuarios. ÁNGEL GONZÁLEZ

Cuenta Mónica Fernández, la directora de Adansi, que los niños que nacen con el trastorno del espectro autista tienen una "programación" diferente. "Es como si a un ordenador que tiene un sistema operativo de Linux o Mac le metes aplicaciones de Windows. No van a funcionar", compara para simplificar la compleja labor que lleva realizando en la entidad social desde que entrara como voluntaria en 1991. "Una vez que aprendes el código, todo se vuelve más sencillo", resume la directora de un colectivo que, haciendo buena su metáfora, lleva tres décadas "descodificando" el autismo. Una labor que bien vale la medalla de plata de la Villa que le otorgó el Ayuntamiento por la festividad de San Pedro, a falta de hacerlo oficial en un Pleno.

El galardón llega en un momento duro. Si el coronavirus ha vuelto mucho más complicada la vida de buena parte de la población, los 700 socios que tiene Adansi tampoco lo han tenido fácil. Ni ellos, ni los 50 trabajadores de la entidad social que se ha negado a hacer un ERTE para seguir prestando su apoyo durante la pandemia de coronavirus a los diagnosticados del trastorno del espectro autista. "Nunca hemos trabajado tanto ni tantas horas para adaptarlo todo", apunta Carmen de la Rosa, la presidenta.

Adansi tiene a personas con altos grados de discapacidad en su residencia de la zona oeste. Algunos, con grados del cien por cien. Lo cuenta Laura Escudero, la coordinadora del centro de la calle Pachín de Melás, un equipamiento que se inauguró en 2010. "Mantener las distancias o ponerse una mascarilla es algo imposible para ellos", afirma. Por eso, la entidad galardonada fue partidaria de demorar las visitas de los familiares todo lo posible. En ese lugar conviven 15 adultos. "Básicamente les damos un hogar y una actividad ocupacional. Es algo así como su 'centro de trabajo'", describe Escudero.

La incidencia del virus tiene una doble lectura para los responsables de Adansi porque si algo es seguro es que el autismo es un trastorno complejo y que no se manifiesta por igual. Y, para algunos, aislarse de los demás no solo no ha sido un problema, sino un beneficio. La entidad premiada tiene además de la residencia el Centro de Apoyo a la Integración y una Unidad de Atención Temprana Infantil. La propia Laura Escudero revela una anécdota con una usuaria de nueve años. "Me dijo que por primera vez éramos nosotros los que nos estábamos adaptando a su mundo", afirma. "Muchos no se creen que hayan podido ser felices, que tienen otras prioridades", añade de la Rosa.

Las siglas de Adansi quieren decir Asociación de personas con autismo "Niños del silencio". Una denominación que nace de la época de la fundación, el 19 de enero de 1991. "Empezamos como una asociación de familiares con hijos con autismo. Era complicado porque algunos no habían podido ni terminar el colegio y había muy pocos recursos. Hacíamos diferentes actividades de ocio y salidas a la playa del Arbeyal", apunta Fernández sobre los inicios de una asociación gijonesa, que hunde sus raíces en La Calzada porque parte de sus fundadores eran del barrio.

Hoy, con presencia en Oviedo y en el concejo de Corvera, en la comarca de Avilés, un 40 por ciento de los usuarios son de Gijón. "Los centros que tenemos en la ciudad son cedidos por el Ayuntamiento. Siempre han apostado por nosotros", dice de la Rosa. "Funcionamos como un equipo y este premio es un orgullo y un voto de confianza", prosigue la presidenta de Adansi, quien lanza un toque de atención. "El autismo es un problema de salud pública y la sanidad permite que seamos las familias las que nos encarguemos mayoritariamente de esto", critica, a título personal, de la Rosa. Una crítica que la presidenta del colectivo galardonado con la medalla de plata basa en datos. "La prevalencia del autismo ha aumentado en un 600 por ciento durante los últimos diez años. Antes, había tres o cuatro casos por cada 10.000. Hoy, se diagnostica un caso por cada 68 individuos. No solo es que ahora seamos más eficientes. Es que el autismo ha aumentado", apunta Carmen de la Rosa.

Adansi expandirá próximamente sus fronteras porque espera estrenar nuevas instalaciones en Castiello en octubre, en un edificio que compartirá con la asociación de vecinos. Será un paso adelante más de una asociación que se lleva una merecida medalla de plata, a entregar en 2021, por su labor, que no es otra que llevar 30 años descodificando el autismo.

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