La admiración y el respeto profesional por el mierense Bernardo Donapetry Camacho, fallecido el miércoles a los 67 años, se solaparon ayer con el cariño y la gratitud personal de muchos de los que trabajaron al lado del magistrado, presidente de la sección octava de la Audiencia Provincial, con sede en Gijón, desde su formación en 2001. "Queremos destacar sus indudables virtudes, no solo como excelente profesional de la judicatura sino también como un inmejorable compañero, siempre comprometido con la Justicia asturiana. Con su gran personalidad dentro y fuera de las salas de vistas ha dejado una impronta en todos los compañeros que, sin duda, perdurará en el tiempo". Son palabras que llegaron desde el Tribunal Superior de Justicia de Asturias, cuyo presidente, Jesús Chamorro, fue ayer el más madrugador para ir a dar el pésame a la familia de Donapetry, especialmente a su mujer, Katy Álvarez, y a su hija, Jimena, durante el multitudinario velatorio instalado en el tanatorio de Cabueñes.

Los colegas del ámbito judicial se agolparon con los recuerdos de los buenos momentos ofrecidos en la sala de vistas. Muchos recordaban algunas de las frases que popularizó el magistrado: "¿Tiene usted alguna pregunta más para este desmemoriado testigo?", "si no le gusta lo que responde el testigo, no pregunte, pero ya le ha dicho que no lo sabe, no insista", "no quiero meterles prisa, pero llevamos dos horas con el mismo testigo", "¿si no conoce de nada a la fiscal por qué la tutea?", "¿no irá a declarar con chicle, verdad?". Con estas expresiones, Donapetry sacaba una sonrisa a los asistentes a sus juicios casi sin pretenderlo. Ni siquiera sus compañeros del tribunal podían a veces contener la risa ante sus genialidades. Ni fiscales, ni abogados, ni testigos o acusados, a los que siempre trató con superlativo respeto. Nadie se libraba en la sala de vistas de su inolvidable sentido del humor.

Junto a su familia, fueron quizás sus compañeros quienes más muestras de cariño recibieron ayer. Los actuales magistrados de la sección octava -Alicia Martínez Serrano, Juan Laborda, Luis Ortiz y Paloma Martínez Cimadevilla (jueza sustituta)- acudieron juntos al velatorio. "Fue un compañero excelente, una persona que te facilitaba mucho el trabajo", compartía Martínez Serrano con este periódico al poco de conocer el fallecimiento de su compañero. Fueron muchas las palabras sobre Donapetry y todas ellas buenas.

A los jueces también se sumaron fiscales, funcionarios y muchos abogados que tuvieron que lidiar con Donapetry. "Era toda una garantía: certero, estudioso, sabio y, como virtud añadida, buena persona", valoraba el letrado Guillermo Calvo a la salida del tanatorio. "Destacaría su dominio de la sala ampliamente considerada, cómo preparaba los asuntos de modo que nada se le escapaba y cómo se desenvolvía, con esa capacidad para resolver sobre la marcha lo procedente y, a la vez, acabar la sesión y comentar amigablemente sus decisiones, por muy contrarias que fuesen a nuestros intereses. Desde luego, sabía lo que era el 'tercer tiempo' como si de un jugador de rugby se tratase. Sin duda supone una gran pérdida", aportaba por su parte el abogado Javier Díaz Dapena.

La celebración de la palabra tendrá lugar hoy en el tanatorio, a las doce de la mañana, "en la más estricta intimidad familiar".