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ÁNGELES ÁLVAREZ | POLÍTICA ESPECIALISTA EN IGUALDAD Y PREVENCIÓN DE VIOLENCIA DE GÉNERO

"La prostitución debe prohibirse por ley, no es un trabajo; ya está bien de promesas"

"No se puede utilizar la lucha 'trans' como pantalla para sustituir el género por el sexo a nivel jurídico; eso refuerza el sexismo"

Ángeles Álvarez. JUAN PLAZA

La activista Ángeles Álvarez Álvarez, experta en prevención de violencia de género e igualdad, habló ayer en la Escuela Feminista Rosario de Acuña sobre los riesgos de la prostitución y los vientres de alquiler. Su postura al respecto lo resume ya el título de la ponencia: "Ni putas ni vasijas".

- ¿Cómo de prioritario es abolir la prostitución?

-Tanto como que estamos hablando de una de las formas de explotación más antiguas que existen. Creo que ha llegado el momento de enfocarlo desde una perspectiva nueva. Ya tenemos datos históricos suficientes al respecto como para saber que esto no es un debate sanitario ni vinculado a cuestiones delictivas; es un debate sobre los derechos humanos, en este caso, de las mujeres. Ahora prevalece la idea de que las mujeres no deben ser objeto de comercio y de que el origen del problema es la demanda de los cuerpos de las mujeres, ya sea sexual o reproductivamente.

- Un giro en el debate fue el regulacionismo en Alemania.

-Sí. Cuando pasaron diez años tras la legalización se hizo un informe que arrojó un dato muy importante: solo 44 personas se habían dado de alta pese a ser un negocio que mueve miles de millones de euros.

- Se habían compartido en su momento unas cartas como de menú con "ofertas" de mujeres.

-Sí... Al final Alemania legalizó a los proxenetas, pero todas las prácticas de captación de mujeres continuaron igual. Y en esas cartas, sí, literalmente una mujer era más barata que una cerveza. Se les decía a los clientes que ellos pagaban la cerveza y, gratis, te regalaban la relación sexual con las mujeres. No sé qué más se necesita para ver que no funciona.

- Pero en España se intentaron formar sindicatos de prostitutas para, decían, paliar parte de la opresión.

-No fue para eso. Lo que pasó es que hubo organizaciones vinculadas a los "lobbies" proxenetas. Están perfectamente identificadas con nombres y apellidos. Sabemos hasta quién las financia. Hicieron un movimiento para tratar de legalizar un sindicato que no puede legalizarse porque la prostitución, simplemente, no es una categoría laboral, un trabajo. Pero la cuestión aquí es qué está haciendo el Estado al respecto. Se ha acabado ya el tiempo de promesas vacías; necesitamos compromisos concretos y solo se sustancian con leyes. Creo que habría mayoría absoluta para aprobarlas.

- ¿Y contra los vientres de alquiler también hay mayoría?

-Sí, absolutamente.

- ¿Sí?

-El único partido que lo defiende en su programa es Ciudadanos y por su número de escaños no influirían en nada.

- En su ponencia habló de la importancia de denostar el concepto "trabajadoras del sexo".

-Sí, hay que llamar a las cosas por su nombre. El problema del neolenguaje en el ámbito del feminismo se centra en tres debates: la prostitución, el alquiler de mujeres con fines reproductivos y todo lo que tiene que ver con esa idea peregrina de tratar de convertir el género en una identidad humana. ¿Por qué es importante? Pues, por ejemplo, porque al decir "trabajadoras sexuales" introduces un concepto vinculado a una actividad contractual legal. Y no lo es.

- ¿Es también neolenguaje el concepto de género y la teoría "queer"?

-No. Para mí no es neolenguaje. Es una confusión intencional de una terminología. El acuerdo conceptual es que el género es el constructo cultural a través del cual se crean las jerarquías sexuales. Con eso el feminismo no tiene conflicto. Con lo que sí lo tiene es con la vocación del generismo "queer" que están intentando sustituir el concepto "sexo" por "género" en las leyes. Eso es darle categoría estable a un constructo social y, por tanto, reforzar el sexismo, porque reconocerías que hay comportamientos diferenciados en función del sexo y eso, bueno, decir eso es una barbaridad.

- ¿Y las mujeres transexuales?

-Quienes están detrás de todo eso se están parapetando tras las personas transexuales, porque aquí el feminismo no está hablando de eso y, de hecho, sí reconoce la disforia de género. Se utiliza a ese colectivo para introducir elementos distorsionantes en la legislación española y eliminar la categoría jurídica del sexo. Ponen como pantalla la lucha "trans", pero buscan otra cosa.

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