Los organizadores del Metrópoli tuvieron que cambiar este año a marchas forzadas un evento que ya estaba arraigado en el recinto ferial Luis Adaro. El "plan B" toma como escenario la plaza de toros y, según aclaran los responsables, para cualquier tipo de cita abrirán las puertas con dos horas de antelación (evitando las colas) con un equipo de vigilantes que coordinará "flujos controlados" en los accesos. Concretan también que el recinto se desinfectará a fondo antes y después de cada actuación, que habrá personal repartido por la plaza para "cazar" posibles saltos de las normas y que pedirán a los asistentes (aunque no pueden obligarles) ponerse la mascarilla en zonas comunes. Pero lo que permite sacar adelante el festival son las butacas, porque han podido numerar los 800 puestos.

Así, los controladores les pueden dirigir a su asiento asignado porque, al tratarse de un recinto cerrado, el Principado habría prohibido cualquier espectáculo multitudinario con usuarios de pie y en movimiento. Pese a las restricciones, Metrópoli ha logrado igualmente sacar adelante un festival con 27 conciertos y varias actividades paralelas. La cita más inminente es la del día 8, con un concierto de "El Cigala".

La imagen, poco habitual, se pudo ver ayer como demuestran las fotografías que acomañan a esta noticia. Público separado y controlado para evitar riegos.