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Cabueñes contará este año con el demandado servicio de diálisis peritoneal

La modalidad, que permite tratar al paciente mientras duerme, solo funciona en el HUCA y obliga a desplazarse a pacientes de la ciudad

Un pasillo del Hospital Universitario de Cabueñes. ÁNGEL GONZÁLEZ

El Hospital Universitario de Cabueñes será el segundo de la región en implantar la diálisis peritoneal, una modalidad que permite al paciente tratarse en su domicilio e, incluso, mientras duerme. Hasta ahora había una veintena de enfermos adscritos al área sanitaria V de Gijón que ya se beneficiaban de esta técnica, pero la necesidad de acudir a Oviedo en caso de complicaciones hacía que muchos otros se echasen atrás para no perder contacto con su facultativo de confianza. El servicio de Salud ya era consciente de la intención de Cabueñes de incorporar esta modalidad y, ahora, calcula que podrá dar luz verde para que el proyecto arranque en la ciudad este mismo año, aunque por la actual situación de pandemia tendrá que esperar, como mínimo, al término del verano.

Otras áreas sanitarias, como la de Avilés, habían intentado asumir también este servicio, aunque sin éxito, así que el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) lleva asumiendo al centenar de asturianos sometidos a esta técnica desde el año 2006. Los nefrólogos intuyen que, si se descentraliza, la cifra total de enfermos en diálisis peritoneal podría dispararse, porque la técnica más habitual, la hemodiálisis hospitalaria, les obliga a acudir varias veces por semana al hospital con sesiones que se alargan durante horas.

Cabueñes mostró su intención de incorporar esta técnica hace casi un año, y ya entonces el personal del servicio de Nefrología explicaba que dializarse a través del peritoneo -una membrana situada en el abdomen- es una intervención menos invasiva y con mayores tasas de longevidad. El año pasado había alrededor de una veintena de gijoneses bajo este tratamiento, pero desde Cabueñes alertaban de que muchos otros lo habían rechazado para no tener que desprenderse de sus médicos de confianza. Al estar centralizado en el HUCA, el paciente necesita que sea el personal ovetense el que le instale el catéter y, si sufre algún problema de salud que exija hospitalización, no puede ingresar por los mismo motivos en su hospital gijonés.

A grandes rasgos, un enfermo grave del riñón llegará a un punto en su patología en el que se enfrente a dos opciones: un trasplante o la diálisis. Dentro de esta segunda alternativa, la modalidad más extendida es la hemodiálisis, que filtra mediante máquinas y de forma artificial la sangre del enfermo. En Gijón, un enfermo del riñón puede someterse a esta técnica tanto en Cabueñes como en Jove y Cruz Roja. Desde hace tres años, cuando se implantó la versión domiciliaria de esta técnica -hasta 2014 ni siquiera existían máquinas que pudiesen permitir esta alternativa-, son cada vez más los pacientes que recurren a ella. Para ello se exigen dos requisitos: el que el paciente sea más o menos autónomo para manejar bien las manos -lo que descarta a muchos enfermos de edad avanzada con artrosis- y que su domicilio pueda estar limpio y ventilado para evitar infecciones.

La otra opción de diálisis es la peritoneal, que llegó a cubrir en Asturias al 25% de los pacientes dializados en 2015. Desde entonces el servicio "se estancó", a ojos del personal de otros hospitales, por haberse quedado centralizado en el hospital ovetense, por lo que su puesta en marcha en Cabueñes podría hacerla remontar. Los estudios que han ido saliendo desde entonces, además, los enfermos tienen a estar más tiempo estables y, en general, cuentan con una esperanza de vida mayor. La técnica, en vez de filtrar la sangre con máquinas, se sirve de una membrana del peritoneo que puede ejercer de "filtro natural" en el cuerpo. También tiene dos modalidades, ambas domiciliarias: la manual y la automática. La primera se sirve de un gotero en el que se instala una bolsa de líquido dializador conectado por un catéter en la membrana. El paciente no tiene que hacer nada mientras su sangre se va limpiando por su cuenta, aunque sí tendría que cambiar la bolsa varias veces al día. Suele ser la opción ideal para pacientes de edad avanzada que no se sientan cómodos con aparatos tecnológicos. La otra opción, la automática, se sirve de las llamadas "cicladoras". Son aparatos que programan los propios médicos y que pueden ponerse a funcionar por la noche, mientras el paciente duerme, por lo que puede hacer vida normal durante el día. En cuanto a calidad de vida, es la opción menos invasiva en el sector.

La diálisis peritoneal no es la única novedad en mente del servicio de Nefrología, que ya ha aprobado también implantar una consulta de cuidados paliativos para enfermos renales que ya no puedan aspirar a transplante ni vean ninguna mejora real en su salud con sesiones constantes de diálisis. La propuesta se dio a conocer en marzo con la idea de empezar poco a poco y de inmediato, aunque la situación de pandemia les obligó a aplazar la puesta en marcha con toda la intensidad que les gustaría. Ambas podrían empezar a funcionar a lo largo de este año.

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