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Tres parejas de halcón anidan en la ciudad, dicen los ornitólogos sobre el caso de San Antonio

Los ejemplares viven en la Campa Torres, en Foro y cerca de El Molinón l "El suceso del centro no debe crear alarma", indican los especialistas

Tres parejas de halcón anidan en la ciudad, dicen los ornitólogos sobre el caso de San Antonio

La presencia hace unos días de un halcón peregrino en plena calle San Antonio, donde devoró una paloma, ha levantado una gran expectación en la céntrica zona, donde no se recuerda haber presenciado a una rapaz de este tipo. Según los expertos, el ejemplar podría ser una cría de alguna de las tres parejas que están localizadas en Gijón, concretamente, en las inmediaciones de la Campa Torres, El Molinón y la rotonda de Foro. Algunos de los nidos en los que habitan llevan en la ciudad alrededor de 15 años, aunque uno se localizó hace más de 35. Los parejas se han dividido el territorio gijonés para evitar peleas.

Xuan Fernández, miembro del colectivo ornitológico Mavea, lleva casi 40 años anotando todos los avistamientos de estas aves, que no suponen "ningún peligro" para los humanos, según dice. "Son oportunistas, aprovechan para cazar sobre todo a palomas enfermas. Que nadie les haga nada, son inofensivos y necesarios", indica. Y confía en que la expectación provocada por la cría en la calle San Antonio no provoque "una alarma innecesaria".

La pareja de peregrinos de la zona de Foro es más "urbanita" y suele visitar también con frecuencia el parque de Los Pericones, mientras que la de El Molinón se inclina más por la zona de Somió y el Museo del Pueblo de Asturias, dejando para la de Campa Torres toda la zona de El Musel, con gran afluencia de palomas, explica Fernández. El experto conoce la ubicación exacta de cada nido porque casi todos los años tiene que ir al rescate de alguno de los pollos, que suelen caerse al suelo antes de aprender a volar. "Anidan en zonas muy altas y solemos ir a ayudar a los pollos de la pareja de Foro, porque es un área residencial y la vecina que tiene más próximo el nido nos avisa. Este año parece que las tres parejas están bien y no han tenido problemas", aclara el experto. Pese a tener perfectamente localizados los nidos, prefiere no darlo a conocer: "Son especies muy necesarias pero podría molestar a ciertas personas que no estén de acuerdo con que se coman a las palomas. Sería una pena que perdiésemos a alguna de las tres parejas. Es mejor dejarlas tranquilas", razona.

Según él, lo "normal" para el halcón peregrino es tener entre una y tres crías al año, siendo lo más habitual dos, por lo que la supervivencia de toda la prole resulta fundamental para la continuidad de la especie. Cuando los pollos aprenden a volar y cazar y se vuelven autónomas, emigran. De ahí su nombre. "Se tiran un año fuera, en África, y luego ya se vuelven a España. Buscan una pareja estable y se asientan en algún sitio para toda la vida. Son muy formales", bromea.

Aunque el nido más antiguo en Gijón tiene al menos 35 años, la esperanza de vida de un halcón peregrino se alarga, como mucho, hasta los 15, aunque es habitual que muchos mueran en su primer año de vida y que otros sufran accidentes antes de cumplir la década. Entonces, ¿por qué hay nidos tan antiguos en la ciudad? Fernández lo resume así: "Son parejas monógamas, pero no tontas. Cuando un macho se muere, por ejemplo, la hembra se busca a otro mucho más joven que ella. A los pocos años, lo normal es que se muera ella, y entonces el macho se busca a una hembra joven. Y siempre así. Los tres nidos de Gijón están muy asentados y podrán seguir así décadas", dice. "Lo único que podría fallar es que la pareja se muera en el mismo año o en la misma época de migración", remata.

El ornitólogo explica que el avistamiento del halcón en la calle San Antonio "es poco común, pero no inédito". "Simplemente tiene que coincidir. Yo vi varias escenas parecidas. Lo que pasa es que lo normal es que cacen al vuelo. Le dan un golpe a la paloma, que se cae al suelo, y ellos bajan a toda velocidad, la recogen y se la llevan. Son rapidísimos. Cuando se ponen a comer en el mismo lugar del ataque, algo poco habitual, es cuando la gente se fija", resume.

La presencia de halcones peregrinos en la ciudades resulta especialmente ventajosa para paliar en parte la plaga de palomas y de estorninos en ciertas épocas del año. Para la caza de las primeras, además, a veces también sirven las gaviotas, una especie con la que Fernández lleva años volcado. "Podría solucionarse fácil si alguien del Ayuntamiento me hiciese algo de caso", lamenta. Para él, si la idea es reducir los ejemplares de gaviotas en el centro de la ciudad, la mejor medida es pintar los huevos con parafina o pincharlos. "Pero aquí desde siempre lo que se hace es quitarlos, y ahí lo que haces es que las gaviotas se busquen zonas más inaccesibles para anidar. Hay formas mejores de controlar a estas aves", zanja.

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