Técnicos del Instituto del Carbón (Incar), que están investigando por encargo del Ayuntamiento el origen de las manchas que periódicamente tiznan la playa de San Lorenzo, culminaron ayer la toma de muestras en el arenal gijonés, completando la última franja que les quedaba por sondear, hacia el final de la playa. También aprovecharon esta salida para recoger en otra zona del arenal muestras de la última mancha de carbón que afloró el pasado martes y parte de la cual aún seguía siendo visible en la jornada de ayer.

El Incar ya entregó un avance al Ayuntamiento de Gijón que apuntan por dónde pueden ir las conclusiones definitivas de su investigación. En aquel avance el Instituto del Carbón detectó múltiples tipos de carbón en la playa, la mayoría de los mismos incompatibles con los que transportaba el carguero "Castillo de Salas", embarrancado hace más de tres décadas frente al Cerro de Santa Catalina.

Además de la existencia de carbones de múltiples procedencias, en las muestras también se encontraron partículas de coque y otros minerales como los que habitualmente se descargan en el puerto de El Musel, si bien los investigadores fueron muy cuidadosos evitando apuntar directamente al puerto gijonés.

Las conclusiones podrían quedar más claras una vez que se elabore el informe definitivo, que en el Ayuntamiento estiman que puedan recibir a finales a agosto o principios de septiembre, adelantando la fecha inicialmente prevista para la conclusión de los trabajos, que era el mes de octubre. "El trabajo está muy avanzado", se limitó ayer a señalar el concejal de medioambiente, Aurelio Martín, al respecto.

La Autoridad Portuaria tradicionalmente ha venido negando que la actividad en El Musel tenga que ver con las manchas de carbón en la principal playa gijonesa, señalando, por ejemplo, que las nubes de carbón no suelen llegar al agua. Por otro lado, el Principado ha apuntado algunas deficiencias que las instalaciones portuarias tienen en cuanto a la recogida de aguas de riego y pluviales en las zonas de acopio de minerales, lo que ha llevado al Puerto a incluir en su plan de empresa actuaciones para la recogida de aguas pluviales en la zona de la ampliación portuaria.

Las manchas de carbón en la playa gijonesa son un problema fundamentalmente estético, dado se trata de un material que no tiene efectos sobre la salud, al contrario de lo que ocurre con la contaminación que se produce por las aguas fecales o las toxinas originadas por la descomposición de cianobacterias que llegan a la playa a través del río Piles, un problema que se está abordando desde el área de medio ambiente del Ayuntamiento de Gijón y desde la Empresa Municipal de Aguas.