Emilio Martínez y Joaquín Castiello, dos vecinos de Jove, no se ponen de acuerdo sobre si el camino del Cementerio pertenece a su parroquia o a Veriña. Pero coinciden en que los márgenes de la senda necesitan una buena limpieza. Ocurre igual en el camino de La Candasina y el del Rubín, donde la maleza ya invade el asfalto. En Jove, donde lo urbano y lo rural se entrelaza casi sin solución de continuidad, el descontento por el desbroce de los caminos crece casi a la misma velocidad con la que proliferan las malas hierbas. Las críticas vecinales en Jove y en toda la zona rural se focalizan en dos frentes: el bando municipal, que obliga a los vecinos a limpiar los cierres de sus fincas y en el plan de desbroce del Ayuntamiento, que tal y como informó LA NUEVA ESPAÑA, se limitará a cien de 1.100 kilómetros de caminos municipales. "Debería haber brigadas de limpieza permanente", reclama el secretario de la asociación de vecinos de Jove, Virgilio Herrero.
Los vecinos de Jove pertenecen a la Federación de Asociaciones de Vecinales de Gijón de la zona urbana (FAV), pero sus demandas casan con las que hacen semana sí y semana también en "Les Caseríes", la federación homónima de la zona rural. La entidad presidida por Manuel González-Posada ha reclamado varias veces la creación de unas brigadas de limpieza con personal dedicado únicamente al cuidado de las parroquias. En Jove, el plan de desbroce de carreteras municpales afectará a los 1.350 metros de la carretera de La Campa Torres. Poco, muy poco, para los vecinos de la parroquia. "Es insuficiente. No entiendo qué cuesta limpiar más", postula Herrero. "Los vecinos de Jove pagamos los mismos impuestos que los de Begoña, pero tenemos menos servicios", afirma.
Ese sentimiento de agravio también ha enraízado en las parroquias. En Serín, el Ayuntamiento limpiará dos caminos: la carretera de Batiao y la del Gallinal. En total, casi cuatro kilómetros y medio de superficie. "Serín y Cenero somos las parroquias que más superficie ocupamos, pero van a ser en las que menos vayan a limpiar", asevera José Luis Fernández, el vicepresidente de la asociación de vecinos "San Miguel" de Serín. "Deberían valorar de los 1.100 kilómetros de caminos rurales que tiene Gijón, cuáles han cedido terreno para que pase la carretera y cuántos no. Quizás el Ayuntamiento se llevaría una sorpresa", avanza el líder vecinal.
Fernández es de los que teme que el bando municipal de limpieza que insta a los vecinos a limpiar los cierres de sus fincas particulares pueda provocar justo el objetivo contrario que persigue. Es decir, que la maleza en la zona rural prolifere. Da criterios sociológiocos para justificar su postura. "Los vecinos de las parroquias no son los mismos que hace 25 años. La población está envejecida y tiene menos recursos. Quizás no vayan a poder limpiar", analiza el líder vecinal, que considera que no es el momento para poner la norma a funcionar. "Laboralmente, es el peor momento", critica. "En Serín, mucha gente está en contra. A nosotros nos han puesto a los pies de los caballos", se sincera.
En los círculos vecinales de la zona rural, Consuelo González, más conocida como "Chelo", es famosa por su vehemencia a la hora de defender sus argumentos. La líder vecinal destaca por defender a capa y espada a su parroquia desde el puesto de presidenta de la asociación La abadía "Los 16" de Cenero. "Hay vecinos que antes limpiaban las cunetas para que estuvieran más decentes. Pero dejaron de hacerlo porque consideran que el gobierno local tiene a la zona rural abandonada", apunta. El Ayuntamiento limpiará cuatro vías en la parroquia. Son el camino de Picún y las carreteras de Pelaferruz, Batiao y de Pinzales (el camino Real). "Solo van a limpiar el uno por ciento de las carreteras de la parroquia", lamenta González.
El bando municipal genera en Consuelo González sentimientos encontrados. "Bien administrado, puedo valer para limpiar puntos concretos, pero con el coronavirus, no debería haber salido en 2020", opina. "La situación no es la misma que hace 24 años y hay mucha gente que ya no está para limpiar", indica. "Habría que adaptarse a las nuevas circunstancias que ha dejado la pandemia y usar el dinero de la zona rural en la zona rural", demanda. "Muchas cunetas están llenas de maleza y cuando llueve no puede pasar el agua. Hay que hacer las cosas con más cabeza", zanja.
Las quejas vecinales ya han tenido eco político. El grupo de Ciudadanos reclama al Ayuntamiento "su obligación" de mantener en buen estado los caminos rurales. "Que solo se vaya a limpiar una parte mínima de los caminos rurales nos parece una injusticia y un abandono de la zona rural", apunta la edil del partido naranja, Mara Simal. "Muchas carreteras se hicieron porque los vecinos cedieron parte de sus fincas. Eso se hizo a cambio de que el Ayuntamiento se comprometiese a mantener en buen estado el viario. Y ahora se encuentran con que se les devuelve a ellos esa obligación", prosigue. "En la zona rural vive el diez por ciento del concejo. En muchas materias, están en una situación de abandono", zanja.
Las quejas por la maleza no son exclusivas de la zona rural. Ayer, la Federación de Asociaciones Vecinales (FAV) también elevó el tono por los matorrales que se encuentran en el pasillo peatonal que va desde la estación de tren hasta la zona de Poniente. La entidad que preside Manuel Cañete ha reclamado al Ayuntamiento que proceda a la limpieza de la zona puesto que su estado es un "escaparate lamentable" para el turismo. "Nos dan largas porque dicen que el lugar pertenece a Adif", lamenta Cañete, que añade que el gobierno local debería velar por la limpieza del lugar.
