"Siempre que escribo atiendo al qué, pero indiscutiblemente también al cómo". Marta Sanz desvelaba ayer en la presentación de su libro "Pequeñas mujeres rojas" su método en la penúltima jornada de la "Semana negra", edición en la que ha obtenido el Premio del Director.

La autora cierra con este libro la trilogía formada por "Black, Black, Black" y "Un buen detective no se casa con nadie". No obstante, destacaba el valor autónomo de la novela, que puede ser leída sin conocer los dos libros anteriores. Sanz considera que cierra así una etapa: "por coherencia y honestidad conmigo misma no quiero serializar la trama ni abusar de la empatía de mis lectores", confiesa.

Sobre su novela destaca que es "profundamente política porque a su vez también es profundamente poética". Sanz afirma no buscar en los libros conmoverse sino descubrir aquellos que le "conmocionen" y le produzcan "cortocircuitos".

Esta idea trata de ponerla en práctica en sus trabajos: "Soy una mujer de izquierdas e intento escribir libros que consigan que los lectores se hagan preguntas sobre cómo están escritos, les coloquen en un filo de dificultad y les hagan replantearse sus prejuicios".

No quiso la autora madrileña terminar sin agradecerle a la organización y a la alcaldesa el interés puesto siempre en su trabajo.