El joven gijonés acusado de agredir sexualmente a una excompañera de instituto el año pasado ha aceptado la pena de dos años de prisión y cuatro años de libertad vigilada, con una orden de alejamiento con respecto de la víctima por el mismo periodo. Además, tendrá que indemnizar a la joven con 7.000 euros en concepto de responsabilidad civil. Como el acusado no cuenta con antecedentes, se espera que no ingrese en prisión.

Así lo acordaron ayer las partes en una vista que no llegó a celebrarse, tras reconocer el acusado que en la madrugada del 17 de febrero de 2019, entre las 5.00 y las 6.00 horas coincidió con una joven de la misma edad y a quien ya conocía de la época del instituto.

Tras pasar un rato en el local, y ya en el exterior del establecimiento, ambos jóvenes se dirigieron a la zona del espigón del puerto deportivo. Tras estar besándose un rato, relata la Fiscalía, el procesado empezó a desvestir a la chica, a lo que esta se negó. En un principio el chico paró. Pero, a continuación, los dos se alejaron unos metros, hacia una zona más reservada, donde el procesado insistió de nuevo en quitarle la ropa.

A pesar de que la chica lo rechazó, el procesado la agarró por los hombros, la bloqueó contra la barandilla y le bajó la ropa, con la oposición en todo momento de la joven. En el forcejeo, continúa el escrito de acusación del fiscal, ambos cayeron al suelo y el acusado, cogiéndole la cabeza por el pelo a ella, intentó que le realizara una felación. También trató de mantener relaciones sexuales completas con la chica, que logró finalmente apartarlo y le propinó una bofetada, tras lo que el varón abandonó finalmente el lugar.

Como consecuencia de estos hechos, la víctima sufrió varios hematomas y erosiones por el cuerpo, de los que tardó en curar 14 días, sin precisar tratamiento médico. Sí necesitó en cambio atención psicológica.