La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La cita ineludible se cae

La Feria, uno de los grandes "inventos" gijoneses, ha congregado multitudes ininterrumpidamente desde 1965

Por la izquierda, en primera línea, Marcelino Marcos, presidente de la Junta General; Félix Baragaño, presidente de la Cámara de Comercio de Gijón; María Luisa Carcedo, exministra de Sanidad; Adrián Barbón, presidente del Principado; Ana González, alcaldesa de Gijón, y Pedro Ferrer, vicepresidente de la Cámara, durante la inauguración de la Feria de Muestras del año pasado. ÁNGEL GONZÁLEZ

Pocos acontecimientos hay en España que en dos semanas largas reciban más de 700.000 visitas de personas con predisposición a rascarse el bolsillo. Ese es el potencial que conocen los expositores de la Feria Internacional de Muestras de Asturias, una cita ineludible del verano gijonés, que se ha desarrollado ininterrumpidamente desde 1965. Una tradición que va a sufrir un paréntesis por primera vez desde entonces, debido a la pandemia del coronavirus.

No es la primera vez que Gijón se queda sin Feria de Muestras, pero sí la primera desde que se consolidó el certamen en los años sesenta del siglo pasado de la mano del entonces presidente cameral, Luis Adaro, con el apoyo de quien fuera durante lustros secretario general de la Cámara y director de la Feria, Pedro García Rendueles. Los orígenes históricos del evento más popular del verano asturiano se remontan a 1899. Ese año, la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Gijón organizó una Exposición Regional entre el 23 de julio y el 15 de septiembre en la zona denominada entonces Los Campos Elíseos, recibiendo unos 10.000 visitantes diarios y con 516 expositores.

No hubo más hasta 1924, cuando tuvo lugar la I Feria de Muestras de Asturias entre el 15 y el 31 de agosto, en la zona de Begoña. Tenía por entonces carácter nacional y así siguió celebrándose hasta 1929. El crac económico que se produjo ese año a nivel mundial hizo que la edición del certamen que se había convocado para 1930 no llegara a celebrarse, pese a que el evento ya por entonces congregaba a cerca de 150.000 visitantes. En 1946, se produjo una Exposición de Productos Regionales del Noroeste de España que por sus características se asimila a la octava edición de la Feria.

El renacer definitivo del certamen, sin embargo, no llegaría hasta 1965, celebrándose en Fernández Ladreda (la actual avenida de la Constitución) y manteniendo el carácter nacional del evento. La Feria también organizó alguna edición en los bajos de El Molinón hasta que, tras la constitución del consorcio del recinto ferial, se adquirieron los terrenos en los que actualmente se desarrolla.

No fue hasta 1985 cuando logró carácter internacional, afianzándose como una referencia del verano gijonés. Los veteranos cuentan que, en sus orígenes, cuando se pidió autorización gubernamental para celebrar una feria de muestras en Gijón, obligaron a que fuera en el mes de agosto, el único que quedaba libre, para evitar que coincidiera con ferias de muestras repartidas por todo el territorio nacional el resto del año.

Lo que al principio podría parecer un handicap, a la postre se convirtió en la mejor baza de un certamen que es mucho más que transacciones. A la Feria se va a comprar sobre la marcha, a valorar futuras adquisiciones, a mirar si se encuentra algo interesante, a comer o a pasar el día en familia. Muchos visitantes acuden varias veces en una misma edición y la costumbre popular dice que si no es buen día de playa, porque está nublado, la Feria es la alternativa.

Este año de haberse llevado a cabo no hubiera sido lo mismo, debido a las medidas higiénicas, de control de flujos y restricción de aforo elaboradas por la Cámara de Comercio para intentar que no se rompiera un ciclo ininterrumpido desde 1965. Para muchos gijoneses y asturianos y para los visitantes de provincias limítrofes que vienen expresamente a la Feria, este año será el de un gran vacío. Para un buen número de empresas de Asturias y de otras partes de España que en la Feria hacen su agosto, el problema será de otro calado. Hay sectores para los que, entre las ventas que hacen y los contactos que logran, la Feria supone el 60 por ciento de su facturación anual. En sus 600 stands trabajan, además unas 5.000 personas. La 64.ª edición de la Feria Internacional de Muestras se celebrará sin duda, pero no este verano.

Compartir el artículo

stats