La popular hostelera Luz Tamargo Sánchez, que junto a su marido Servando Menéndez -fallecido en 2016- regentó durante más de tres décadas la sidrería La Botica, en la plaza Mayor, falleció ayer a los 86 años tras toda una vida detrás de la barra y "ayudando siempre a todo el que lo necesitaba", recordaba su hija Susana, ayer en el tanatorio de Gijón-Cabueñes.

La vida de Luz Tamargo, natural de Cubia, en Grado, siempre estuvo ligada a la hostelería, primero en Mieres, luego en Oviedo y después en Gijón, donde antes de abrir "La Botica", a los pocos meses de casarse, estuvo en los conocidos Casa Argüelles y El Molinucu. "Era el alma máter de la sidrería, pero después de jubilarse, en agosto de 1998, siguió haciendo comida para tres mil personas", bromea su hija Susana Menéndez. Prueba de ello es que iba por el Mercado del Sur repartiendo comida entre los puestos y hasta el hombre que pedía a la puerta. El funeral será esta tarde, a las seis, en la iglesia de San Pedro.