Dos son los elementos que más preocupación y atención suscitan entre las autoridades sanitarias y policiales cuando se trata de locales de ocio nocturno: el alcohol y la música alta. Y es que ambos, combinados, suponen un elevado índice de riesgo.
El alcohol provoca desinhibición, y con la música alta es prácticamente imposible mantener una conversación si no es en la proximidad. Dicho de otro modo, se olvidan las medidas de uso obligatorio de mascarilla y distancia de seguridad de 1,5 metros. De ahí que la combinación de ambos elementos se considere un factor de riesgo muy elevado.
Las fuentes consultadas también indicaron que a la hora de decidir sobre el uso obligatorio de la mascarilla se tuvo en cuenta la opinión de los expertos. Pero en la decisión final influyó también el aspecto psicológico: las mascarillas recuerdan la situación excepcional que se está viviendo y se busca que los ciudadanos no se relajen. A estos elementos se suma, además, la dificultad con la que se encuentran los hosteleros para controlar los aforos y que se guarden las distancias de seguridad en las colas para acceder a los locales de copas.
En Gijón, la Policía Nacional desalojó el viernes por la noche dos locales, uno en Marqués de San Esteban y otro en Cimadevilla. En este último el desalojo se produjo pasadas las 3.30 horas de la madrugada por exceso de aforo. En el dispositivo participaron la Policía Nacional y la Local, con más de ocho agentes por cuerpo y dos furgones. Varios agentes de paisano entraron en el local y, tras comprobar que el número de clientes excedía el permitido, comenzaron el desalojo. Posteriormente, sobre las 4.00 horas, los agentes volvieron a intervenir en un local de Marqués de San Esteban, esta vez por superar el horario permitido. En ambos casos, muchos de los clientes no llevaban la mascarilla.
Además, por el control de aforos, en los exteriores de los locales se vieron aglomeraciones en las colas.
