Satisfacción entre los comerciantes e incertidumbre y enfado entre los conductores. La histórica peatonalización del tramo de la calle Covadonga entre Begoña y la plazuela San Miguel, el primer paso para crear un "corredor a pie" desde el corazón del céntrico paseo a la playa de San Lorenzo, comienza hoy con una enorme expectación vecinal. Se trata de una de las medidas más relevantes dentro de las políticas de "movilidad táctica" que impulsa el gobierno local, no tanto por su afección al tráfico (no es una de las vías más transitadas por vehículos) sino por tratarse de una zona muy popular. "No se habla de otra cosa", reconocían ayer los residentes y los dueños de los negocios. El corte se produjo en torno a la medianoche.

"Que se corte la calle hará que pasen más personas y eso siempre es interesante", contaba ayer Andrés Alonso, propietario de una sidrería. Pero expresaba alguna queja: "Los comerciantes estamos preocupados por el tema de la carga y descarga. Nadie se ha puesto en contacto con nosotros para explicarnos cómo va a ir". Sobre este asunto, el Ayuntamiento asegura que "se ha incrementado en tres el número de zonas de carga y descarga habilitadas en el entorno".

A cerca de los beneficios económicos que pueden reportarle este corte, el hostelero comentaba que "si esta medida se ha hecho para favorecer a los locales por el coronavirus hubiera sido mejor ponerla en marcha hace un mes". "Nos viene genial, porque así se favorece el terraceo y eso para una tienda siempre es bueno", expresaba Andrea Rubio, de un comercio de moda. "Ahora, la vía también será más segura para los niños", añadía.

Pero el auge de las peatonalizaciones no convence a todos. "No le veo la utilidad, es cortar por cortar. Los coches y los peatones tienen que convivir", se lamentaba ayer Ramón Fernández, repartidor de León, mientras se encontraba con su coche aparcado en doble fila en la calle Covadonga. "Lo que hacías antes en una hora ahora lo tienes que hacer en dos", añadía.

Con mejor cara reciben estos cambios los peatones. "En estas circunstancias, cuanto más espacio tengamos para caminar, mucho mejor", opinaba José Antonio Pérez. "Hace años que por esta vía no pasan muchos coches, pero me parece perfecto que ahora no pase ninguno", proseguía. No obstante, se muestra comprensivo con la posición de los conductores: "Los cortes que se quieren hacer en sitios como El Molinón perjudicarán mucho a los coches que vengan de otras partes de la ciudad en día de partido, por citar un ejemplo". Marián García, turista de San Sebastián y clienta de una de las terrazas de la calle Covadonga, apoyaba la medida. "Me parece bien, cuanto más espacio tengamos para andar, mejor", razonaba. "Aunque hay aceras aún más estrechas", añadía.

Este corte al tráfico se llevó a cabo en torno a la medianoche con la colocación de señalización vertical, que no prohíbe el paso para labores de carga y descarga. Desde hoy, solo se permite el acceso a vados, taxis y a operarios municipales. Desde el Ayuntamiento, la peatonalización se justifica por la necesidad de generar espacios que aumenten la seguridad de los peatones en unas fechas en las que las calles se abarrotan. Una llamada movilidad táctica para luchar contra la expansión del coronavirus y que ya se ha puesto en marcha en otras vías, como el paseo del Muro y las calles Claudio Alvargonzález y Santa Elena. Desde hoy, la calle Covadonga se ha convertido en el primer tramo de un gran eje peatonal entre el centro y San Lorenzo.