Un camarero de otro bar de Fomento contagiado, una familia dueña de un conocido merendero gijonés aislada y con síntomas, un policía portuario en lista de prioridad diagnóstica por haberse infectado su hijo... El barrido de pruebas en Gijón tras el brote declarado en La Buena Vida hizo que la de ayer fuese una jornada maratoniana. De los 2.405 clientes que en las primeras 24 horas tras conocerse el foco habían rellenado la solicitud para someterse a una PCR, 1.007 fueron citados ya ayer a los tres autocovid de la ciudad, destacando la nueva carpa instalada como refuerzo en la explanada de la Marina Civil. El nuevo bar gijonés afectado también está situado en la zona de Fomento, y el infectado había tenido contacto estrecho con el contagiado de La Buena Vida que hizo saltar el foco. Según aclararon desde su entorno, el joven está leve y su carga viral "es muy baja", por lo que los responsables del local han recibido "premiso expreso" de Salud para continuar con su actividad hostelera. "No trabaja desde la semana pasada y se aisló en cuanto se supo que su amigo se había contagiado. Nos han dicho que podemos seguir trabajando", aseguraron desde el local.

En el sector sanitario preocupa más la evolución de la familia que trabaja en un concurrido merendero de Gijón y, aunque al cierre de esta edición todavía no tenían el resultado de las pruebas, su sintomatología "parece clara" y afecta a los cuatro integrantes de la familia: un matrimonio y dos hijos. Ante esta situación, los merenderos de la ciudad llaman a la calma. Hoy debería solucionarse también el caso del policía portuario cuyo hijo se ha visto afectado por el coronavirus. Su diagnóstico se ha fijado como prioritario por las largas guardias que realizó estos últimos días con otros compañeros de plantilla. Hay más casos como este por la ciudad y, aunque el sistema de rastreo está tratando de localizar a todos los afectados, el sector sanitario teme que parte de los clientes del local, por no notar síntomas, prefieran no someterse a la prueba.

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Primer día de autocovid para los clientes de La Buena Vida

Esta primera jornada de cribado se desarrolló de forma un tanto caótica por una caída de los servidores, que obligó a frenar la citación de usuarios durante varias horas, desde mitad de la mañana y hasta por la tarde, y también porque decenas de clientes acudieron a los otros puestos -habilitados frente al Hospital de Cabueñes y en el complejo deportivo de Las Mestas- sin haber recibido todavía su citación. Fue el caso de Christian García, que se acercó a la carpa a preguntar si sería posible someterse a la prueba, pero ni tenía cita ni había sido cliente reciente de La Buena Vida. Como vive "por la zona" y sabe que mucha gente del barrio frecuente el bar, prefería salir de dudas. Sí fue con cita y con motivos para preocuparse Sergio Martínez, que había acudido al bar el pasado día 19. A su juicio, el brote de La Buena Vida se debe a "mala suerte". "Para mí era de los mejores sitios en los que estaba todo a nivel de medidas", aseguró.

El millar de citados se dividieron entre las tres carpas, con citas durante la mañana y la tarde, a cargo del personal de Enfermería del área sanitaria V de Gijón, que descartó ayer cualquier tipo de problema y achacó el retraso de las pruebas en una mera cuestión logística. "Íbamos a venir a las tres y cuarto (de la tarde), pero tuvimos que venir a las cuatro porque había semejante cantidad de volantes a imprimir que no dábamos abasto", reconocieron las enfermeras. También justificaron las colas que se acumularon varias veces a lo largo del día en la previsión excesiva de los citados -que deberían acudir puntuales justamente para evitar aglomeraciones- y en que, por ser el primer día, algunos acudieron a la carpa que no era. Por la mañana, aseguraron, se cumplió con el cupo de pruebas, y por la tarde, excepto por ese retraso inicial, iban incluso "adelantadas de tiempo", por lo que esperan que las próximas jornadas se desarrollen con la misma celeridad. El equipo de Marina Civil tenía ayer 394 pruebas PCR encargadas; Las Mestas, otras 305 y, Cabueñes, otras 308. Del área gijonesa también dependen los 25 empleados de administrativo que trabajan en la nueva centralita habilitada para los clientes del pub. Trabajan en el centro de salud Severo Ochoa y atienden al número 985184949.

El dueño del La Buena Vida, Paco García, ya advierte de que el número de inscritos hasta ahora en ese listado de clientes no supone "ni el 15%" de los que él calcula que tendrían que haberse apuntado, por lo que espera que la cifra vaya aumentando en los próximos días. Y preocupa especialmente que este bar sea "un punto frecuente de reunión" para camareros y encargados de otros pubs y restaurantes de la ciudad. "Si tenemos que cerrar los bares que se hayan visto vinculados al local en las últimas dos semanas, Gijón se queda sin bares", explicaron desde el sector hostelero, que aseguran que ya hay "varios" negocios en situaciones similares a las del otro bar de Fomento ahora afectado.

El sistema sanitario no debería tener mayor problema para diagnosticar a los 2.400 asturianos que se han apuntado hasta ahora -podría zanjar esta primera tanda en dos o tres días-, de ahí que ya se haya involucrado el laboratorio de Microbiología del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), cuya capacidad diagnóstica supera con creces a la del Hospital de Cabueñes. García calcula que por su bar pasan más de mil personas al día, pero también parece que decenas de personas que no lo han hecho se han apuntado.