El caso de La Buena Vida, el último brote de coronavirus declarado en Gijón, ya amenazaba con provocar una cascada de sospechas y positivos por la ciudad. Tal y como publicó hoy este diario, un camarero de otro local de Fomento dio ayer positivo, y el personal de un merendero de la zona rural están a la espera de pruebas pero con sintomatología clara. Sin embargo, los merenderos de Deva y Cabueñes que nada tienen que ver con el brote piden ahora un llamamiento a la calma ante la gran cantidad de clientes que han anulado sus reservas para estos días.

Locales muy conocidos como El Chabolu, Casa Yoli o el Camping de Deva son algunos de los negocios que quieren aclarar que están "libres del virus". Lo mismo sucede con El Mancu, La Curuxa, el Llagar de Bernueces y el Rinconín de Deva. Los casos sospechosos del local afectado, por su parte, se someterán a las pruebas diagnósticas hoy y están en aislamiento. Sus contactos cercanos ya han sido avisados para mantener la cuarentena hasta que salgan los resultados. "Sabíamos que esto iba a pasar; ya sabemos quién se pudo haber contagiado y se les está analizando", aclaran los responsables del pub de Fomento que dio origen al brote.

Barrido de pruebas

El barrido de pruebas en Gijón tras el brote declarado en La Buena Vida hizo que la de ayer fuese una jornada maratoniana. De los 2.405 clientes que en las primeras 24 horas tras conocerse el foco habían rellenado la solicitud para someterse a una PCR, 1.007 fueron citados ya ayer a los tres autocovid de la ciudad, destacando la nueva carpa instalada como refuerzo en la explanada de la Marina Civil. El nuevo bar gijonés afectado también está situado en la zona de Fomento, y el infectado había tenido contacto estrecho con el contagiado de La Buena Vida que hizo saltar el foco. Según aclararon desde su entorno, el joven está leve y su carga viral "es muy baja", por lo que los responsables del local han recibido "premiso expreso" de Salud para continuar con su actividad hostelera. "No trabaja desde la semana pasada y se aisló en cuanto se supo que su amigo se había contagiado. Nos han dicho que podemos seguir trabajando", aseguraron desde el local.

El dueño del La Buena Vida, Paco García, ya advierte de que el número de inscritos hasta ahora en ese listado de clientes no supone "ni el 15%" de los que él calcula que tendrían que haberse apuntado, por lo que espera que la cifra vaya aumentando en los próximos días. Y preocupa especialmente que este bar sea "un punto frecuente de reunión" para camareros y encargados de otros pubs y restaurantes de la ciudad. "Si tenemos que cerrar los bares que se hayan visto vinculados al local en las últimas dos semanas, Gijón se queda sin bares", explicaron desde el sector hostelero, que aseguran que ya hay "varios" negocios en situaciones similares a las del otro bar de Fomento ahora afectado.