Con carteles, mascarillas y mucha indignación contra las políticas de movilidad del gobierno local. Así participaron ayer decenas de gijoneses en la manifestación organizada por las plataformas Stopmuro y contra la Ordenanza de Movilidad en la plaza Mayor, a la misma hora en la que se celebraba el Pleno municipal. Los presentes exigieron que se frenen de inmediato las obras de peatonalización en el paseo del Muro y la avenida del Molinón. Y pidieron a gritos la dimisión de la alcaldesa, Ana González, y del concejal de Movilidad y Medio Ambiente, Aurelio Martín. "Ya está bien de reírse de los ciudadanos", decían. Además, Stopmuro presentó un estudio sobre la ocupación de la arteria. Lo elaboró José Antonio Risueño, un ingeniero jubilado, vecino del paseo, que ha medido el número de vehículos eléctricos y a motor, así como los peatones que usan la avenida Rufo García Rendueles. "La conclusión del estudio es que dejar solo un carril dará muchos problemas", apunta.
"Tengo que desplazarme cada día a mi trabajo por el paseo del Muro. Ahora, debido a las obras, tardo en llegar veinte minutos más", se quejaba Marta Herrero, trabajadora de una gasolinera en Somió. Micaela García se encuentra en una situación similar. "Las alternativas que dan a los desplazamientos por este corte siempre se encuentran atascadas", explicaba. Debido a las obras, ir a Quintueles, donde trabaja cuidando de una persona mayor, se ha convertido en "una odisea por las calles".
"Estas medidas llevan a Gijón a unos cuellos de botella del tráfico con los que el comercio, la hostelería y los vecinos salimos perdiendo", protestaba Senén Morán, transportista, al que las peatonalizaciones le están llevando a situaciones límites en su trabajo. "Este hecho retrasa todas las entregas de paquetería o alimentos. Donde antes hacía cuarenta repartos, ahora solo hay tiempo a hacer veinte", argumentaba. La peatonalización para Senén Morán no responde a otro motivo que "favorecer a las personas que viven y trabajan en el centro de la ciudad en detrimento de aquellas que lo hacen en los alrededores". Montserrat Medina, portavoz de Stopmuro, argumentaba que la obra "ha generado atascos y problemas de tráfico que en Gijón no existían".
El estudio que presentó ayer Stopmuro radiografía la ocupación de la avenida Rufo García Rendueles. La muestra mide el número de vehículos eléctricos y a motor, así como los peatones que usan el paseo del Muro. Las mediciones se han hecho durante diez días alternos durante 15 instantes diferentes. "De media por instante al día, el tercer carril del Muro lo usan 16 peatones, así que la obra es exagerada. Se está infrautilizando", comenta Risueño, que teme que durante los meses de septiembre y octubre la zona quede demasiado vacía.
