"Mi alma en tal conflicto contrastada será, más no vencida". El verso, perteneciente a las epístolas de Jovino a Posidonio, escritas desde el encierro del prócer gijonés en el castillo mallorquín de Bellver, fue dictado ayer por la Alcaldesa de Gijón, Ana González, en la celebración de la vuelta a la ciudad, hace 209 años, de su hijo más ilustre. La efeméride fue una de las más excepcionales que se recuerdan: donde solía haber una treintena de ramos, ayer solo hubo cuatro -familia Cienfuegos-Jovellanos, Ayuntamiento de Gijón, Consejería de Cultura del Principado y Fundación Foro Jovellanos-; donde una numerosa familia, apenas un puñado de miembros; donde besos y abrazos, distancia de seguridad; y donde una efigie deslucida por el paso del tiempo, una estatua remodelada y con mascarilla corporativa.

Una anomalía más: antes de comenzar el acto se guardó un sentido y emocionante minuto de silencio por el fallecimiento de la portavoz municipal de Podemos-Equo Yolanda González Huergo.

El covid-19 fue protagonista del acto. No solo por los cambios a los que obligó, sino porque se coló en cada uno de los discursos. El más prolijo, pronunciado por la regidora de la ciudad. En él, González llamó a imitar el "coraje", la "fortaleza" y la "adaptación" del prócer durante sus siete años de encierro balear para poder así superar la pandemia y el confinamiento. Jovino, dijo la Alcaldesa, fue capaz de ver la "oportunidad de seguir aprendiendo y salir fortalecido", estudiando botánica, arquitectura y otras ciencias durante su encierro. Así, a su vuelta a Gijón, un 6 de agosto de 1811, "regresó extenuado, pero agigantado como ser humano" ya que supo "hacer de la necesidad virtud".

Con todo, Ana González llamó a rendir tributo al "Jovino resiliente" mostrando "la vigencia de sus discursos, propuestas y marco teórico y práctico, que tienen sentido en el Gijón actual", por lo que pidió "situar a Jovellanos en el Gijón, Asturias y España del siglo XXI", enfatizando que "seguimos construyendo la ciudad desde sus bases" ya que "su legado está vivo y muy presente en la ciudad". No en vano, para González, Jovino fue "el mejor de los ciudadanos y un baremo fiable de generosidad y entrega incondicional en pos del bien común".

El presidente del Foro Jovellanos, Ignacio García-Arango Cienfuegos-Jovellanos quiso resaltar que "esta es una época de tribulación, como lo fue 1811, pero debemos tener una esperanza fundada de recuperación y construcción de una nueva Asturias". Y para ello, nuevamente, su descendiente pidió fijarse en Jovino y "no mostrar valentía, sino actuar" ya que "es imposible que exista un salvador único, sino que la solución se ha de lograr entre toda la sociedad".

El director general de Cultura y Patrimonio del Principado de Asturias, Pablo León Gasalla, pidió "que la semilla de su vida prenda en nuestro corazón" ya que "estamos en tiempos difíciles y como sociedad debemos responder pensando en los demás", como ya hacía el prócer, que "ponía su capacidad, inteligencia y conocimiento en pos del bien común".

El acto finalizó con una foto de familia tras colocar los ramos a los pies de la estatua jovellanista, cuya sombra, más de dos siglos después de su llegada a Gijón y muerte, unos meses más tarde, cobija toda la ciudad.