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Devuelven 600 euros que quedaron en un libro de la biblioteca del Ateneo de La Calzada

Una mujer entregó el dinero, que resultó que pertenecía a una monja ursulina

El exterior del Ateneo de La Calzada. JULIÁN RUS

"En el mundo todavía quedan personas con valores", asegura María José Trapiella, una monja ursulina afincada en el barrio de La Calzada, que la pasada semana recibió un sobre, entregado por la Policía Nacional, con 600 euros que había perdido una de sus compañeras religiosas. La historia sobre cómo desapareció el sobre y volvió a manos de su legítima dueña empezó en noviembre del pasado año. Herminia Fernández, también ursulina, se dirigió al dentista con él. Cuando se dispuso a pagar, se dio cuenta de que el dinero había desaparecido. "Herminia es una señora mayor y padece alzhéimer", afirma Trapiella, aunque resalta que, "en aquel momento todavía no daba síntomas graves de la enfermedad, por lo que podía realizar tareas de esta índole".

Pasaron los meses y Fernández abandonó Gijón rumbo a una residencia de las Ursulinas de Jesús en Pamplona. Y aquel sobre seguía sin aparecer. "Con el paso de los meses, todas dimos el dinero por perdido", comenta Trapiella.

Todas las compañeras de Fernández creían que se le habría caído por la calle, alguien lo había encontrado y, al ver que contenía semejante suma de dinero, se lo había quedado. Sin embargo, para sorpresa de las ursulinas, a finales de la semana pasada, José María Trapiella recibió una llamada de la comisaría de la Policía Nacional de Gijón. "Me llamaron comentándome que una mujer había aparecido por el cuartel con un sobre con dinero a nombre de Herminia Fernández", afirma.

En la comisaría le indicaron que aquella mujer tiene 44 años y se llama Lucía. Y que se había encontrado un sobre con dinero dentro de un libro que cogió prestado en julio en la biblioteca El Ateneo de La Calzada. La mujer se llevó el libro de vacaciones a Galicia y, al empezar a leerlo, fue cuando se lo encontró. Lucía, cuyo apellido no quieren desvelar las hermanas ursulinas, no dudó en entregar el dinero a la Policía, con la esperanza de que los agentes dieran con aquella "Herminia Fernández" que estaba escrito en él.

Después de varios meses, y de estar en dos provincias de España, el dinero volvió a las manos de su dueña. "He llamado a Lucía para quedar un día y agradecérselo", manifiesta la ursulina, que también le ha ofrecido a la mujer darle dinero en caso de que lo necesite. "Solo con la solidaridad y la honradez que ha demostrado esta mujer al devolver el dinero estos tiempos se pasarán mejor", remata.

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