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El Antroxu se quedará sin concurso de charangas y desfile por el coronavirus

El Ayuntamiento repartirá los premios entre los once colectivos del Carnaval, que actuarán por los barrios para evitar aglomeraciones

Desfile de las charangas el primer día de Antroxu el pasado año. JULIÁN RUS

Recién terminada la Semana Grande y con algún gran evento del verano aún por celebrarse, la empresa municipal de festejos, ocio y turismo Divertia trabaja ya en la que es una de las fiestas de más renombre del año en la ciudad: el Antroxu, que tendrá lugar en febrero. Desde la sociedad pública se ha realizado ya una primera toma de contacto con las charangas locales -el año próximo participarán once- para ofrecerles una propuesta alternativa a la programación tradicional debido al coronavirus.

El cambio más sustancial tendría lugar, precisamente, en el concurso de charangas, que se suspenderá tras más de tres décadas de historia. Así, por primera vez en 33 años no habrá una charanga ganadora ya que las agrupaciones de la ciudad no competirán por ver quién es la mejor. Los premios económicos se repartirán entre todas las chirigotas participantes, por lo que la partida presupuestaria reservada para premios se mantendrá. "El compromiso del Ayuntamiento con el Antroxu es incuestionable", remarcó ayer la gerente de Divertia, Lara Martínez, a este respecto.

Esta medida se toma, esencialmente, ante la imposibilidad de realizar las dos actuaciones que marcan la puntuación de las charangas: el gran pasacalles que recorre toda la ciudad y la puesta en escena en el Teatro Jovellanos. En el primero de los casos, se antoja imposible, ya que llevaría aparejada una incuestionable masificación, en la que difícilmente se podrían guardar las distancias de seguridad. En cuanto a la actuación en el teatro Jovellanos, aunque esta se realizase con aforo reducido, cada año se agolpan a las puertas del centro, en el paseo de Begoña, multitud de seguidores y curiosos. Por eso, se cancelará.

Pero Gijón en ningún caso se quedará sin Carnaval. Los dos grandes eventos del fin de semana se repartirán en otros, de menor tamaño y más repartidos por la ciudad. Así, cada una de las charangas actuará en un barrio gijonés, bien en formato escenario o bien en forma de pequeños pasacalles como ya es habitual que ocurra fuera de concurso. Todo ello siempre cumpliendo con las medidas de seguridad sanitaria vigentes en ese momento.

"En una situación sanitaria como la actual, con tanta incertidumbre, tenemos que trabajar con varios planes distintos", explica Martínez, que aunque no renuncia de forma definitiva a realizar un Antroxu al uso, sí que asume que será complicado. "No obstante, intentaremos hacer algo lo más normal posible", remarca.

Precisamente debido a estas restricciones sanitarias y ya que las charangas tardan meses en organizar su Carnaval -confección de disfraces, creación de canciones y coreografías, posteriores ensayos...- "debemos de trabajar con mucha previsión y anticipación, porque no es cosa de una semana, y no podemos permitirnos el lujo de que nos pille el toro". Con todo, Martínez asegura que la decisión se tomará "más adelante", pero que se seguirá trabajando en todas las opciones posibles con igual ahínco.

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