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La reforma de Cabueñes incluirá boxes de aislamiento y áreas de descontaminación

El hospital tendrá habitaciones con presión de aire negativa y positiva y renovará su sistema de climatización para evitar la propagación de virus

Cartel de entrada al Hospital de Cabueñes. JULIÁN RUS

El futuro Hospital Universitario de Cabueñes estará equipado contra epidemias. El plan funcional de las obras de ampliación, elaborado tomando como referencia la crisis del ébola, incluye medidas para prevenir la propagación de patógenos dentro del recinto hospitalario que, en la situación actual de pandemia por coronavirus, toman un nuevo cariz de importancia. Según aclara Laura Muñoz, directora médica del centro, la crisis del covid-19 está provocando estos meses una preocupación entre la población similar a la que le causaron a los sanitarios la crisis del ébola, que dio el salto al occidente tras volverse epidémico en el continente africano en el año 2014. Ese virus, mucho más peligroso que el covid-19 porque produce fiebre hemorrágica, no llegó a circular de forma pandémica, pero sirvió como toque de atención e hizo que otros hospitales como el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y el Álvarez Buylla de Mieres, ya apostasen por introducir zonas de alto aislamiento en sus centros. Cabueñes, por tanto, se suma así a la lista de hospitales con áreas "antipandemias" y planea una ambiciosa reforma que ayude a separar en todo momento a pacientes y profesionales de zonas limpias de las zonas con riesgo de contaminación, aunque la ampliación del complejo, que tendría que haber empezado este segundo semestre del año, sigue paralizada por la actual crisis.

El plan de obras del hospital gijonés ya recoge, entre otros aspectos, que en la Unidad de Cuidados Intensivos debe haber al menos dos habitaciones de aislamiento, una con presión positiva y contra con presión negativa (la primera evita la entrada de patógenos y la segunda su salida, por lo que en la primera habría pacientes muy vulnerables y en la segunda, contagiados), y que ambas deben tener incorporadas una "antesala estanca que sirva como esclusa para la preparación del personal" y pueda descontaminarse antes de entrar y salir al resto de áreas.

Fuera de los cuidados intensivos, también el área de Pediatría figura ya en el mismo plan con indicaciones destinadas al aislamiento respiratorio. El brote anual de bronquiolitis, que afecte a muchos niños, se produce por un virus que se contagia (aunque con menor agresividad) de la misma forma que el coronavirus: por microgotas que expulsa el enfermo al hablar, toser y estornudar. Las medidas concretas para este servicio aún no están definidas, pero sí incluyen reservar dos habitaciones en el área de Neonatología para recién nacidos con este tipo de patologías. Sucede lo mismo con el futuro Hospital de Día, que también liberará "durante los picos estacionales" (la época de gripe, desde octubre y hasta enero, aproximadamente) zonas específicas para este apartado.

Otro cambio funcional será el protocolo de ambulancias, que además de tener espacios reservados para su estacionamiento tendrán también "áreas de transferencia" separadas en los accesos a las urgencias pediátricas y de adultos para agilizar el ingreso de enfermos al máximo. Estos accesos, sin embargo, "deben tener paso directo a la zona de atención a pacientes críticos y a la zona de aislamiento y descontaminación para riesgos químicos y biológicos cuando esto sea preciso para el paciente", por lo que la separación de circuitos sería total. El plan también valora la dotación de un sistema de presión de aire positivo y negativo en este apartado, protegiendo así al personal de Urgencias que se pueda ver expuesto a pacientes con alto riesgo de contagio. También habrá ducha interior para desinfectar a la plantilla.

En cuanto a las indicaciones más generales de cómo debe lucir el nuevo Cabueñes, el plan de obras, publicado en el año 2015, lanza medidas que parecen casi premonitorias. "Es necesario disponer de unas condiciones ambientales específicas para cada zona de la unidad, así como de segregación de las mismas para reducir el riesgo de contaminación, con elementos de lavado y secado de manos para el personal en las distintas esclusas de acceso a las zonas y locales más limpios de la Central", concreta el documento, que añade: "La estructura arquitectónica y la organización de trabajo deberán ser tales que impidan en todo momento el contacto físico de material sucio con el material ya esterilizado". Además, habrá duchas separadas "para los casos en los que pueda producirse una contaminación del personal".

Según Muñoz, no obstante, lo verdaderamente ambicioso del futuro hospital será que, al contar con más espacio, el complejo podrá separar en todo momento la circulación de pacientes y personal expuestos a virus respiratorios. Para ello, se incorporará un sistema de climatización más moderno que ayude a garantizar un aire limpio en todas las plantas. "La gran ventaja será que tendremos espacios más funcionales. Será un hospital flexible y cambiante, y de todo lo que estamos viviendo ahora saldrá una lección que aplicaremos al plan cuando lo revisemos, pero tendremos espacio suficiente para hacer más modificaciones", anuncia. Los boxes de aislamiento, aclara, serían más útiles en casos como el del ébola (contagios aislados pero con alto riesgo de infección), por lo que cree que la "gran ventaja" del futuro Cabueñes, en caso de que se repita una crisis como el coronavirus, será la renovación de la climatización y la separación de circuitos. "Se podrá revisar alguna cosa, pero las bases para evitar la transmisión de virus en el aire ya está contemplada", asegura.

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