El titular del Juzgado de lo penal n.º 1 de Gijón decretó ayer prisión provisional para el hombre acusado de estafar 4.500 euros por internet a una gijonesa hace dos años. El encausado no se presentó al juicio al estar residiendo en la localidad gaditana de Algeciras, por lo que la vista no pudo celebrarse al solicitar la acusación particular -ejercida por la entidad bancaria de donde se sustrajo el dinero- una pena de tres años de prisión. La Fiscalía pedía, por su parte, dos años de cárcel.

El procesado alegó que la notificación no se le había hecho en tiempo y forma, si no que se le había entregado a un familiar suyo menor de edad -de 13 años- que ni siquiera llegó a entregársela hasta el día antes del juicio, por lo que no pudo acudir a la vista. Una máxima que no terminó de convencer al juez, que decretó para él la prisión provisional al no personarse en la sala de vistas. La defensa del acusado, que pide su libre absolución, anunció ayer que recurrirá la medida adoptada por el titular del Juzgado, llegando a asegurar que la citación tenía defectos flagrantes de forma, como no incluir siquiera la dirección donde se hizo entrega al interesado. Además, según explicaron fuentes de la defensa, el acusado niega tajantemente los hechos, asegurando que "fue objeto de un engaño" y que, además, "nunca llegó a tener el dinero" entre sus manos.

Los hechos se remontan al mes de octubre del pasado año 2018. Según el relato del ministerio fiscal, el hombre utilizó el método conocido como "phising", es decir, "obtener información confidencial de forma fraudulenta, como puede ser una contraseña, tarjetas de crédito u otros datos bancarios de la víctima". Para ello envió a la mujer gijonesa, titular de una cuenta en el banco BBVA un correo electrónico que simulaba ser del banco, solicitando su usuario y contraseña para acceder a la banca online. Al recibir el correo ella atendió a la solicitud, creyendo que provenía de su sucursal bancaria y cumplimentó los datos solicitados, enviándoselos al estafador. De esta forma, con esos datos personales en la mano, el acusado realizó una transferencia a su propia cuenta, sin el consentimiento de la mujer, por importe de 4.500 euros. El banco devolvió el dinero a la mujer, que no reclama ningún tipo de compensación por los hechos.