Las ráfagas de viento y la lluvia obligaron ayer a cancelar el concierto en Gijón de Marta Sánchez, que había sido la elegida para poner el broche de oro del festival Metrópoli en la ciudad. Justo a la hora del inicio de la actuación, con todo ya preparado, un técnico dictaminó que el agua, empujado por la lluvia, había entrado en contacto con el micrófono de la artista y con el piano de su acompañante, dictaminando que no era seguro subir al escenario. Sánchez había vendido alrededor de 200 entradas y venía ilusionada para dedicarle a su padre, que era gijonés, un par de temas.

El formato elegido por la madrileña en "A solas", su gira actual, daba prioridad al piano y a su voz. Este "tour", que acabó anulando la mayoría de sus citas por la crisis del coronavirus, pretendía ser un homenaje a toda su trayectoria musical y había abogado por recuperar sus grandes éxitos -aunque ahora menos sonados, temas como "Desesperada" o "Soy yo" marcaron el pop de finales de los 90 y el inicio del nuevo milenio- adaptándolos a un formato más propio de la balada, más tranquilo. Tanto ella como los organizadores del festival sabían que este fin de semana se avecinaba lluvioso, pero no era la primera cita que salía adelante pese al mal tiempo. Desde Metrópoli explican que "la mala pata" de ayer fueron las rachas de viento, porque estropearon parte del sistema de sonido y podrían haber supuesto un riesgo si Sánchez decidía cantar. La plaza de toros de El Bibio, de hecho, no llegó a llenarse; muchos interesados ni siquiera se presentaron en el recinto.