Como las multitudinarias "bicicletadas" de otros años se han vuelto incompatibles con este verano de pandemia, el colectivo "30 días en bici" convocó ayer su primera cita "atomizada" de estas citas adoptando un formato de concurso de fotografía. Quedan otras tres convocatorias por delante a lo largo de este mes, y en todas a los ciclistas se les indica una propuesta de recorrido por varios parques de la ciudad. Para animar a los participantes, el grupo se ha coordinado esta vez con Emulsa, que sorteará una bicicleta entre aquellos que envíen algunas fotografías que acrediten que están recorriendo la ruta. Al ser libre y repartirse a lo largo del mes, "30 días en bici" todavía no sabe decir cuántos gijoneses se han animado a la iniciativa, pero en la primera jornada de ayer ya fueron varios los que se aventuraron a enfundarse el casco y la cámara. "Incluso viviendo aquí, hay zonas de la ciudad muy desconocidas", aseguran.

Santiago García, conocido por el sobrenombre de "Yago", hizo la ruta en compañía de varias familias que conoció ayer sobre la marcha y posará con ellas en varias de las fotografías que enviará al concurso de Emulsa. Ha visto, eso sí, el catálogo de bicicletas ofertadas y en realidad solo le gusta una, un modelo "que imita a las bicis de los carteros de antes", aunque está cuidando la suya con mucho mimo. "Con esto de la pandemia empecé a salir más de seguido, pero cuando vuelvo a casa, antes de entrar, me bajo al portal el alcohol o lo que tenga y limpio la bicicleta de arriba a abajo. Yendo por la carretera, me da la sensación de que puedo meter el virus en casa", reconoce.

Otro grupo separado -la organización insiste en que todas estas citas se hagan en grupos muy reducidos o de forma individual- fue el formado por César Miguélez, técnico en cuidados auxiliares de enfermería en Cabueñes, y Patricia Carrasco, podóloga de La Calzada. El primero disfruta ahora de un descanso tras semanas trabajando en la UCI, plantas con enfermos de coronavirus y ambulancias para el traslado de muestras para PCR. Carrasco, por su parte, se recupera ahora del cierre durante mes y medio de su clínica y el posterior "aluvión" de clientes durante la desescalada. "Ha sido sorprendente porque resulta que había parques que nunca habíamos visto", explican. Los dos gijoneses, asiduos a dar vueltas a dos ruedas, también aclaran que el "boom ciclista" que se vio tras la pandemia ya ha desparecido. "Esas primeras semanas parecía que todo Gijón hacía deporte, pero ahora volvemos a ser los mismos", lamentan.