Embestir un coche patrulla de cualquier cuerpo de seguridad debe ser considerado penalmente como un homicidio en grado de tentativa. Esta es la exigencia en la que coinciden los sindicatos policiales ante el aumento de la agresividad y delincuencia contra ellos, especialmente después de lo ocurrido en Algeciras, donde un agente resultó herido muy grave hace unos días después de que unos narcotraficantes le arrollasen cuando iba en el vehículo policial. La gota que colma el vaso está en Gijón, después de que dos delincuentes tratasen de sacar de la carretera a los agentes que les seguían después de perpetrar un asalto a una panadería del barrio de El Natahoyo, tal y como adelantó ayer LA NUEVA ESPAÑA. Hoy declararán ante el juez. "Aunque esto no es el campo de Gibraltar es un problema muy serio el aumento de violencia contra los agentes de Policía; es una cuestión que hay que atacar de raíz, tanto con medios como con una contundente respuesta judicial y legal para evitar que siga una corriente ascendente en el aspecto de la violencia", apunta Hugo Fernández, representante de Jupol en Gijón.

Los dos delincuentes que actuaron en la madrugada del domingo en Gijón son dos viejos conocidos de la Policía, dos hombres de 47 y 49 años, de Riaño y La Felguera, con un amplio historial delictivo a sus espaldas, relativo especialmente a su zona de residencia. Y con estancia en prisión incluida, pero vuelven a delinquir nada más salir. "Los policías estamos desamparados, cada vez más violencia y el delincuente no tiene miedo a las consecuencias jurídicas, porque el sistema judicial es tibio y garantista con quien no debe serlo", denuncia Joaquín Rodríguez, portavoz nacional del CEP y agente en la Comisaría de El Natahoyo. A su juicio, aunque en Gijón "la plantilla está ya al 90%" siguen faltando medios materiales. "Estamos cortos, necesitamos material y coches buenos, con garantías para una persecución", añade Rodríguez, que urge al Congreso a tramitar leyes más duras contra los delincuentes habituales.

En la misma línea está Pablo Rojo, del SUP. "Llevamos tiempo diciendo que, además de la falta de medios, vehículos de poca potencia, sin protecciones adecuadas, ni defensa eléctrica... necesitamos protección jurídica. Los policías temen usar sus armas de fuego, incluso cuando su vida se ve en peligro. Que se penalicen más las agresiones a los agentes y se considere homicidio en grado de tentativa nos parece una buena medida", resuelve.