Javier Ledo, el acusado de haber acabado con la vida de Paz Fernández en febrero del pasado 2018, volvió a negar hoy en la primera sesión del juicio haber sido el responsable de la muerte de la gijonesa. Mantiene la última de sus versiones: que la mujer estaba en su casa y que, tras una discusión, ella se marchó precipitadamente y acabó cayéndose por las escaleras. "Escuché un gran estruendo, creí que del enfado me habría tirado un mueble, pero la vi de rodillas y después se cayó hacia atrás. Me asomé y ya vi un charco de sangre bajo la cabeza", declaró en una versión algo confusa.

El relato de hechos que Fiscalía defiende estos días ante el jurado popular parte de la llegada a Navia de Paz Fernández el 13 de febrero de 2018. Sin entrar en detalles, sostiene que la gijonesa se alojó en la pensión San Francisco para encontrarse una hora después con Javier Ledo en el bar Cantábrico. Allí, el procesado la invitó a cenar a su casa, una propuesta que Fernández Borrego aceptó.

La fallecida llegó a su casa sobre las 22.15 y estuvieron una hora cenando en la cocina de casa de Javier Ledo, ubicada en la primera planta. En ese tiempo, Paz Fernández Borrego estuvo enviándose mensajes con un tercer hombre, algo que según fiscalía motivó "una acalorada discusión entre el acusado y la mujer". Al tiempo, "movido por los celos" -y tras acusarla de haberse quedado con un sobre que contenía 400 euros (él le había prestado otros cien poco antes)- cogió un rodillo de cocina envuelto en una bolsa y golpeó a Paz Fernández en los brazos y la cara, provocándole la fractura de la clavícula. No obstante, la mujer trató de huir, pero Javier Ledo -prosigue el fiscal- "muy alterado y con evidente intención de acabar con su vida" cogió una piedra de grandes dimensiones que tenía apoyada en la escalera de casa y golpeó con ella a Paz Fernández en la cabeza. Varias veces. Eso le provocó un traumatismo craneoencefálico incompatibles con la vida.

Una vez muerta, Javier Ledo optó por deshacerse del cadáver. Lo envolvió en una manta y lo metió en el coche de su víctima. Condujo varios kilómetros desde Navia hasta Arbón y arrojó el cuerpo al arroyo de La Pontiga. Ledo volvió en coche y lo aparcó en El Espín para irse caminando a casa. La denuncia de desaparición movilizó a numerosos efectivos de seguridad, hasta que finalmente hallaron el cuerpo sin vida de Paz Fernández en el embalse de Arbón el 6 de marzo de 2018. Tres días después Javier Ledo fue detenido. Tras asegurar que nada tenía que ver con el crimen, finalmente terminó confesando. Ingresó en prisión y está privado de libertad desde entonces. De hecho, el fiscal solicita que siga allí hasta que se celebre el juicio, previsiblemente a finales de año o principios de 2020. Eso implicaría prorrogar la prisión preventiva al acusado, algo solicitado ya por el ministerio público.