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Sesiones de fisioterapia en tiempos de pandemia

El Grupo Covadonga reorganiza el servicio para tratar a sus socios l "La seguridad es lo primordial", afirma Javier Ancizu

El fisioterapueta Javier Ancizu, durante una sesión en el Grupo Covadonga. JUAN PLAZA

Los tiempos de coronavirus han cambiado todos los protocolos, especialmente en el ámbito sanitario. Pero las entidades deportivas de la ciudad no están dispuestas a que sus servicios se vean mermados, y por ello han echado el resto estos meses para que todo fluya con la máxima normalidad. "La seguridad del socio es lo primordial" señala en este sentido Javier Ancizu, fisioterapeuta del Grupo Covadonga, que desde el 22 de mayo lleva tratando a sus pacientes con todas las medidas de seguridad disponibles.

El cambio más drástico ha sido la capacidad del centro, que ha disminuido su aforo a cuatro personas máximo y, excepto el tratamiento, cualquier consulta se realiza mediante teléfono. "Antes venía mucha más gente a pedir cita. Ahora, aunque estén dentro del club, nos llaman" detalla Ancizu, que destaca el compromiso y concienciación de sus clientes.

El trabajo sigue siendo el mismo, pero no el atuendo. Ancizu cuenta con un equipo de protección individual (los llamados EPIs) que desinfecta cada hora. "Llevando esta indumentaria, en caso de contagio, no te confinan", explica. Aunque dice que con llevar la mascarilla sería suficiente para desempeñar su labor, aclara que prefiere no correr ningún riesgo que pueda ponerle a él o a sus clientes en peligro.

El equipo está compuesto por una bata, mascarilla de tipo Fpp2 -la más potente del mercado-, guantes de nitrilo y una pantalla protectora en el rostro. Con esta indumentaria afronta cada día de trabajo y, aunque reconoce que "en ocasiones es incómodo", también aclara que es "imprescindible". El traje es una medida más dentro de las modificaciones que ha tenido que realizar Ancizu para seguir ofreciendo sus servicios. El local cuenta con cinco cabinas por las que van rotando para que no coincidan dos pacientes seguidos en la misma. "Se desinfectan después de cada uso", asegura.

Pese al inconveniente de tener que reducir clientes y plantilla, al Grupo en ningún momento se les acumuló el trabajo ni tuvieron problemas de horarios. "Al estar dentro del club es algo distinto comparado con otras clínicas", apunta el experto. La mayoría de sus pacientes están sometidos a tratamientos de rehabilitación que implican constancia en las citas. "He tenido pacientes que se quedaron a la mitad de la rehabilitación", lamenta Ancizu. Afortunadamente, el fisioterapeuta, junto al resto de los trabajadores de la clínica, se encuentran bien de salud y trabajan como pueden en esta nueva normalidad: "Las cosas hasta el momento no han ido como nos hubiera gustado, pero poder seguir dando servicio es un alivio".

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