"La madre del emigrante" celebrará en familia a partir de hoy su medio siglo de vida, rodeada de todos los congéneres del artista que le dio vida. La escultura del artista cántabro Ramón Muriedas Mazorra (Villacarriedo, 1938-Santander, 2004) cumple mañana cincuenta años contemplando la ciudad y el horizonte de la bahía gijonesa desde sus tres metros de altura -primero en el Campo Valdés, hasta donde fue traída en el mismo camión que el César Augusto que continúa en aquel emplazamiento- desde hace décadas en el Rinconín, lo que le sirvió su apodo más playu y entrañable: "La Lloca del Rinconín".
En esta celebración estará finalmente presente la mujer del escultor, María Eugenia Senarega y Gross, que a causa de su avanzada edad no había confirmado su presencia hasta el día de ayer. La familia del artista -que paradójicamente no estuvo presente en el día de su inauguración hace cinco décadas- llegará a Gijón hoy, en una comitiva encabezada por la propia Senarega y Ramón Santiago de Muriedas, hijo del autor que dio vida a la estilizada madonna de bronce. Estarán además acompañados por la mujer e hijos de este ultimo, así como de sus primos y demás familia cercana.
Los actos festivos comenzarán esta tarde. A las 20 horas, el vestíbulo de la segunda planta del Antiguo Instituto, Ramón Santiago de Muriedas dará una conferencia en la que estará presente el edil de Cultura del Ayuntamiento de Gijón, Alberto Ferrao. En esta ponencia, Muriedas a buen seguro alabará la pieza, como ya hizo en una entrevista reciente en LA NUEVA ESPAÑA -este periódico comenzó el pasado mes de marzo una serie dominical para desglosar la historia de esta escultura icónica-, en la que remarcó que se trata de "una de las obras más representativas de su padre", una figura que expresa, en palabras del hijo de Muriedas, "el sentimiento de pérdida, de ausencia y de añoranza".
El segundo de los actos, más festivo, tendrá lugar a mediodía de mañana, cuando se cumplirá medio siglo exacto de su inauguración. Será junto a la escultura, donde tendrá lugar una ofrenda floral en medio del sonido de las gaitas y los bailes regionales con los que se tratará de rendir el homenaje. Allí está igualmente previsto que, además de las autoridades presentes, la familia del escultor, que acudirá al completo, pueda leer algún texto para conmemorar el medio siglo de vida de la pieza más querida de Muriedas.
