La agilidad es una de las obligaciones básicas de cualquier Administración a la hora de prestar sus servicios. Porque sin rapidez en las decisiones de los gestores públicos, el ciudadano puede padecer importantes perjuicios económicos o de otro tipo y la sociedad en general ve frenados su dinamismo y su desarrollo. Lo saben bien los miles de gijoneses que han soportado a título individual desde hace años largas esperas para que el Ayuntamiento les autorice actuaciones de todo tipo, desde el cerramiento de una parcela o de una terraza en un quinto piso a la construcción de una piscina. El mismo problema que sufren muchos empresarios, incapaces de diversificar su oferta o de mejorar sus instalaciones por culpa de la ineficiencia o la desidia municipal. De ahí que el plan de choque impulsado por el gobierno local, adelantado por LA NUEVA ESPAÑA hace dos días, para descongestionar toda esta tramitación sea un avance que conviene celebrar con prudencia aunque con esperanza. Sus resultados no serán tangibles hasta dentro de unos meses, pero que las autoridades locales reconozcan que existe un problema y traten de ponerle remedio es un primer paso que va en la buena dirección.

El plan del Ayuntamiento de Gijón se apoya en tres pilares. En primer lugar, los responsables de varias áreas, especialmente la de Urbanismo, "automatizarán" los procesos, es decir, se avanzará en la informatización y ordenación de los expedientes y de otra documentación para favorecer una resolución temprana. Además, se llevará a cabo un refuerzo del personal, con la incorporación de tres perfiles técnicos y cuatro auxiliares, para aminorar el colapso. Y se trabajará en favor de una mayor transparencia, de tal forma que los interesados en lograr una licencia puedan conocer en qué punto de la tramitación se encuentra su caso con facilidad y sin rodeos. Los tres apartados tratan de dar vigor a los puntos débiles que ha manifestado hasta ahora el sistema, después de un estudio en profundidad para conocer las causas de los problemas.

Todos los partidos de la oposición coincidieron ayer en apoyar sin fisuras la puesta en marcha de esta revisión de los procesos que sigue la Administración local para dar cumplimiento a una de sus principales funciones. Aunque también advirtieron de que es necesario pasar cuanto antes de las palabras a los hechos. Parece que el compromiso de las autoridades locales esta vez va en serio, hasta el punto de que están dispuestas a agilizar muchas obras pendientes a través de declaraciones responsables, previas a la concesión definitiva de la licencia. No obstante, desde el gobierno local se estima que este procedimiento debería desaparecer en poco tiempo, ya que tienen previsto acortar tanto los plazos que será innecesario. Ojalá esta promesa sea pronto una realidad contante y sonante porque sería el colmo de la desgracia que, en tiempos de crisis, el Ayuntamiento sea otro obstáculo para la actividad económica.